Misterio en la capital del bourbon. Los crímenes de Bardstown
Bardstown, la capital mundial del bourbon, fue votada en 2012 como la más bonita de las ciudades pequeñas de Estados Unidos y se convirtió en la envidia del resto del país. Con sus 12.000 habitantes es la población más importante y el alma del condado de Nelson (45.000 habitantes), que se encuentra en el norte de Kentucky, a unos 65 kilómetros de Louisville, la ciudad más importante del estado. Conocidas destilerías rodean una pequeña y tranquila comunidad que combina la vida rural y la ganadería con uno de los museos más importantes del país sobre la guerra civil o el más famoso festival del bourbon. El condado es atravesado por la mitad por la Bluegrass Parkway, una antigua autopista de peaje que se convirtió en libre en 1991. Con todas las ventajas y los inconvenientes de las ciudades pequeñas, los habitantes de Bardstown están orgullosos y satisfechos del lugar donde viven.
Sin embargo, desde mediados de 2013 varios sucesos han enrarecido el ambiente, provocando el miedo y la inquietud entre los ciudadanos y el desconcierto de las fuerzas policiales. Una serie de asesinatos, desapariciones y muertes misteriosas tienen en vilo a todos en el condado de Nelson, y nadie sabe a qué atenerse. En apariencia todos los casos parecen sucesos independientes, pero según se suceden los crímenes, mucha gente empieza a sospechar que algunos, o todos, pueden estar relacionados de alguna forma.
Tuve noticias de la muerte de Jason Ellis (es el caso al que me refería en la la primera entrada de este blog, el que estaba siguiendo cuando me encontré con el de Timothy Davison) a primeros de junio de 2013. Desde el primer momento me pareció que había algo extraño, algo inquietante y que se apartaba de lo corriente, y no he dejado de interesarme en el desde entonces. He asistido desde la distancia a como se iban acumulando los crímenes y he intercambiado opiniones con varios habitantes de la zona y algún periodista, y creo que desconcierto es la palabra que mejor define lo que ocurre. Todo el mundo tiene su teoría y sus sospechas, pero lo cierto es que nadie está seguro de nada. Y cuando parece que no puede ocurrir nada más, va y sucede.
MUERTE DE UN AGENTE DE POLICÍA
Jason Ellis
Jason Ellis había jugado como profesional en las ligas menores de béisbol, pero decidió abandonar el deporte justo antes del nacimiento de su primer hijo y dedicarse a su otra gran pasión, ser policía. A sus 34 años, casado y con dos hijos pequeños, era desde 2006 agente del Departamento de Policía de Bardstown, y vívía en Chaplin, una pequeña población casi en el borde del condado. El sábado 25 de mayo de 2013 finalizó su turno a las 2 de la madrugada, y tras dar el aviso por radio se dispuso a marcharse a casa con su coche oficial, como estaban autorizados a hacer él y los demás agentes. Esa noche no llevaba su vehículo habitual, ya que estaba en reparación, y por eso tampoco le acompañaba su inseparable compañero, Figo, el K9 (perro policía) del departamento, que lo esperaba en el hogar familiar.
Desde Bardstown hasta el domicilio del agente Ellis había aproximadamente 28 kilómetros, un trayecto de algo menos de 25 minutos en coche. Tras circular unos kilómetros por la Bluegrass Parkway tomó la salida 34, desde donde le restaban unos 10 minutos hasta reunirse con su familia, pero nunca llegó. Sobre las 2:30 de la mañana un coche se detuvo en la salida 34, y poco después otro. Un vehículo de la policía con las luces de emergencia encendidas estaba parado bloqueando la carretera, y cuando los sorprendidos conductores se decidieron a investigar lo que ocurría se encontraron al agente Jason Ellis tirado en la carretera, muerto. Dieron aviso a través de la misma radio del coche policial, y pronto el lugar se llenó de investigadores y compañeros del agente caído. Aunque inicialmente se pensó que había sido víctima de algún tipo de accidente de tráfico, pronto quedó claro que había recibido varios disparos de escopeta, y que el chaleco que llevaba puesto no lo había salvado.
Ellis era un agente del Departamento de Policía de Bardstown, pero el crimen había tenido lugar fuera de los límites de la ciudad, territorio del Sheriff del Condado de Nelson. De todos modos, el asesinato de un agente de policía no es algo que se deje en manos de una fuerza policial local sin medios ni expertos, así que la Policía Estatal de Kentucky (KSP), con el apoyo del FBI, se hizo cargo de la investigación.
El lugar del crimen era una típica salida de autopista, una curva muy pronunciada que hace un giro completo, con taludes a ambos lados de la vía. Junto al cuerpo y en algunos lugares más de la carretera se encontraron varias ramas de árbol, algunas de un tamaño respetable. Teniendo en cuenta esos elementos, y que el coche policial estaba atravesado con las luces de emergencia puestas, los detectives se hicieron una idea bastante aproximada de lo sucedido. Ellis tomó la salida y se encontró con un obstáculo, varias ramas de árbol, y considerando que podía haber peligro atravesó su coche y puso las luces para advertir a los vehículos que pudieran llegar por detrás. Se bajó y recogió varias ramas, y con ellas en brazos se dirigió a la cuneta para tirarlas allí, pero le dispararon antes de poder hacerlo. Alguien estaba en el talud, unos metros por encima, esperando. Se encontraron tres cartuchos, tres disparos, todos ellos con munición de diferente tipo, realizados con una escopeta de calibre 12. El arma del agente seguía en su funda, así que el ataque tuvo que ser tan sorpresivo que ni siquiera tuvo tiempo de sacar su pistola, y probablemente murió de forma casi instantánea, sin siquiera saber lo que ocurría.
En rectángulo rojo, zona desde la que se realizaron los disparos. Cruz roja, lugar donde cayó Jason Ellis.
Había sido, sin ninguna duda, una emboscada. Las ramas no habían sido cortadas de los árboles cercanos, así que alguien las había traído desde otro lugar y las había dejado en la carretera, esperando que su objetivo se detuviera para apartarlas. La duda estaba en quien era el objetivo. Aunque dependía del turno, Ellis tomaba esa salida con frecuencia y regularidad, así que alguien que quisiera asesinarlo podría anticipar que pasaría por ese lugar a una hora determinada, unos minutos arriba o abajo. Pero también había que tener en cuenta que el día del crimen no llevaba su coche habitual, y que había otros agentes, tanto de la policía de Bardstown, como de la del condado, incluso de la KSP, que utilizaban esa misma salida, así que se podía plantear que tal vez el objetivo fuera otro policía y que Ellis había sido asesinado por error.
Pero el timing del crimen también provocaba dudas. Seguro que había muy poco tráfico en esa salida a esas horas, pero de vez en cuando pasan vehículos, así que el asesino (o asesinos) tenía que ser muy preciso en sus actos para coincidir con el momento justo de la llegada de su objetivo. Si se apresuraba a colocar las ramas podía ocurrir que otro vehículo tomara la salida antes y se parara ante el obstáculo, y si esperaba demasiado podía ocurrir que el coche de policía pasara antes de que estuviera colocada la trampa, o incluso que lo sorprendiera poniéndola. ¿Era suficiente para esa precisión conocer la rutina del agente? Hay dudas. Jason Ellis era un hombre familiar y de costumbres, y se marchaba directo a casa al salir del trabajo, pero estamos hablando de un ajuste de minutos, muy pocos minutos, y por muy regular que fuera el policía, en muchas ocasiones tenía que finalizar su último servicio antes de irse, o podía charlar unos minutos con algún compañero, o sufrir cualquier otro retraso trivial. Seguramente en otras ocasiones podía adelantarse unos pocos minutos, si salía un poco antes, o conducía un poco más rápido.
Tal vez había más de una persona implicada, y uno de ellos, que estaría vigilando, habría avisado al ejecutor de la llegada del vehículo policial, o incluso de su salida desde Bardstown. Si esa comunicación existió, casi seguro que no fue por teléfono. Es rutinario rastrear todas las llamadas telefónicas realizadas o recibidas desde las torres cercanas al lugar del crimen, y a esa hora y en ese lugar no podía haber muchas comunicaciones. O bien no hubo llamadas en ese marco espacial y temporal, o bien las hubo pero fueron investigadas y no estaban relacionadas con el crimen. También es posible que algún cómplice estuviera en algún lugar cercano y señalara la llegada del objetivo con alguna señal luminosa o de otro tipo.
Ellis y Figo, tras una requisa de dinero y droga
Por otra parte, se investigó en profundidad la vida y el trabajo de Ellis para intentar averiguar el móvil del crimen. En cuanto a su vida personal, no se encontró nada que pudiera proporcionar un motivo. Estaba felizmente casado con Amy, y no se encontró ningún rastro de que él o ella tuvieran otras relaciones. Era un hombre hogareño, que pasaba su tiempo libre con su esposa y sus dos hijos y unos pocos amigos. Su vida profesional era otra historia. Cualquier policía se ve envuelto lo largo de su carrera en una gran cantidad de conflictos, y podía haber muchas personas enfadadas con Jason Ellis. Junto con Figo, su K9, habían detenido a bastantes traficantes e intervenido gran cantidad de droga y dinero, y eso podía ser un motivo, pero no se encontró nada significativo. Casi todos eran pequeños traficantes y Ellis no hacía nada distinto a lo que hacen miles de policías a diario. Un pequeño grupo de delincuentes locales, que se hacían llamar el Bardstown Money Gang, fue considerado sospechoso una temporada cuando alguno de sus miembros insinuó que podían estar implicados, pero los investigadores los descartaron enseguida como unos bocazas.
Los detectives no tienen evidencia de más de un implicado, pero sospechan que fueron al menos dos. No tienen ni idea del motivo, y ni siquiera saben quien era el objetivo. Sospechan que era un policía, pero no saben si era Jason Ellis u otro, o incluso que pudiera ser cualquier policía que tomara la salida. Algunas personas opinan que tal vez ni siquiera había un objetivo, y que la trampa estaba preparada para matar al primero que se parara. Los meses comenzaron a pasar, y después los años, sin avances. Algo que ha sorprendido a los investigadores es que nadie haya hablado pese a la jugosa recompensa; hasta 225.000 $ se han ofrecido y nadie ha aparecido, lo que resulta muy extraño, y hace sospechar que ninguna banda o grupo está detrás del crimen. La opinión del antiguo jefe de Ellis es que la clave está en algún hecho del pasado del policía, y el asesino sería alguien que habría estado rumiando su agravio y su ira durante mucho tiempo, tal vez años, planeando su venganza.
Es posible, pero hay otras opciones. Según la prensa, el primer disparo impactó en una zona que dejaba descubierta el chaleco. Me gustaría leer el informe de la autopsia, y saber si ese fue el disparo mortal o lo fueron los dos siguientes. Dependiendo de ello, podríamos considerar si el crimen estaba realmente bien planeado, como parece, o el asesino tuvo su cuota de suerte al dejar fuera de combate de inmediato al agente y evitar que este respondiera con su arma.
Figo fue retirado del servicio y se quedó a vivir con la viuda y los hijos de Ellis, y Bardstown no ha olvidado a su agente caído y periódicamente se organizan homenajes y actos en su honor. Los investigadores siguen recibiendo pistas y llamadas e investigan cada una de ellas, pero ninguna acerca la resolución del caso. Y cuando habían transcurrido 11 meses desde la muerte de Jason Ellis, un nuevo crimen sacudió el condado de Nelson.
LAS VÍCTIMAS MÁS IMPROBABLES
Cuando la mañana del martes 22 de abril de 2014 Kathy Netherland no se presentó a su trabajo como profesora de educación especial en la Bardstown Elementary School, sus compañeros se inquietaron enseguida. No contestaba al teléfono, pero lo más chocante era el hecho de que no hubiera avisado de que no acudiría o se retrasaría; resultaba un comportamiento tan extraño en ella que todos temieron que hubiera sucedido algo grave. Avisaron a su padre, que vivía cerca, y este decidió acudir enseguida a la casa de su hija a comprobar si todo iba bien.
Cuando el padre de Kathy entró en la casa no tardó en encontrar los cadáveres de su hija y su nieta y llamó de inmediato a la policía. La llamada se recibió sobre las 10:30 y acudieron los policías de Bardstown, los del condado de Nelson (en cuya jurisdicción se había cometido el crimen), y la policía estatal de Kentucky, que se puso al frente de la investigación. Tras limitarse a comprobar que no había nadie más en el interior salieron fuera y esperaron una orden judicial, que tardó varias horas, para comenzar a registrar la casa. Mientras tanto, acotaron la zona y buscaron pistas por el exterior. Desde el primer momento los investigadores se encerraron en un secretismo sobre el caso que ha molestado y extrañado a mucha gente, y que en algunos casos resulta ridículo. Algún detective ha declarado que tras el asesinato de Jason Ellis se ofreció demasiada información (seguramente el tipo de arma, los cartuchos, y la clase de elementos que se habían colocado como obstáculos) y que se podría haber comprometido esa investigación, y es probable que no quisieran cometer el mismo error.
Samantha y Kathy Netherland
Las víctimas eran Kathy Nehterland, de 48 años, y su hija Samantha Grace Netherland, de 16. El esposo de Kathy, Bob Netherland, había muerto 10 meses atrás a causa de un cáncer de colon, y la única superviviente de la familia era la otra hija, Holly, de 18 años, que se encontraba en la Universidad de Morehead. A día de hoy la policía no ha informado de como murieron las víctimas (tan solo han dicho que a causa de algún trauma), pero gracias a que algún periodista consiguió los partes de defunción y a algunas declaraciones sueltas de algunos familiares, se sabe que a Kathy le dispararon varias veces y que su hija fue brutalmente golpeada en la cabeza. Samantha, al menos, tenía también cortes en el cuello, mientras que según otras informaciones les habrían cortado el cuello a ambas, madre e hija. De alguna declaración se puede deducir que Samantha tenía también heridas defensivas en brazos o manos.
El crimen se cometió en el domicilio familiar, el 5120 de Springfield Road, a las afueras de Bardstwon, en una zona conocida como Botland. Era una casa antigua, que los Netherland habían comprado y reformado en 2010, y donde vivían desde entonces. Está a unos metros de la carretera que lleva a Springfield, que soporta mucho tráfico a diario. No faltó nada en la casa, ni ordenadores ni aparatos electrónicos que estaban a la vista, y según parece no había ningún indicio de agresión sexual, ni siquiera de un intento. Los detectives revisaron todas las grabaciones de cámaras de casas o empresas de la zona, y cuatro días después del crimen solicitaron ayuda para identificar tres vehículos. Al día siguiente, la solicitud de identificación quedó en pie para uno solo de ellos, que identificaron como un Chevrolet Impala negro, o tal vez azul oscuro, de entre 2006 y 2013. Desde entonces han repetido varias veces que en ese vehículo viajaba quien asesinó a madre e hija, y que si se localiza el coche se resolverá el caso.
Según la policía, en este Chevrolet Impala viajaban los asesinos
Se ha mostrado una fotografía del Chevrolet Impala pasando delante de una estación de servicio, a 850 metros de la casa de Kathy, alejándose en dirección Bardstown, y una grabación de otra cámara, situada unos dos kilómetros más allá. Los detectives nunca han explicado como saben que ese vehículo está implicado en el crimen. Se puede conjeturar que la cámara de una tienda de licores que hay frente a la casa de Kathy grabó al vehículo entrando y saliendo de la propiedad, pero que la lejanía impedía identificar el vehículo, tal vez solo se veía una mancha. Probablemente compararon esa grabación en la que no se apreciaban detalles de los vehículos que pasaban con la de la gasolinera, y así fueron capaces de aislar al Chevy Impala. Pero esto no es más que una suposición, y la pista podría provenir de otra cámara o de algún testigo, aunque considero esto último más improbable. Los investigadores dijeron que el vehículo se marchó de la casa en dirección Bardstown poco después de las 20:00 horas, y según alguna información habría sido visto llegando sobre las 19:50. Se deduce de las informaciones de la policía que el vehículo no venía desde Bardstown, sino desde Springfield, o desde Manton Rd.
Casa de las víctimas. El vehículo sospechoso se marchó en dirección Bardstown. Arriba a la derecha, tienda de licores
Aunque no se ha informado si se hallaron armas en la casa, al menos fueron utilizadas tres, y de tres tipos distintos: un arma de fuego, un objeto contundente y un arma blanca. Los familiares han dicho que las dos no fueron asesinadas en la misma habitación, y eso junto con la variedad de armas ha hecho pensar que hubo más de un asesino, aunque como ha declarado una hermana de Kahty, las dos eran muy pequeñas, y tal vez podrían haber sido dominadas por un solo hombre. Aunque los investigadores creen que participó más de una persona, no tienen pruebas de ello. No se encontró señal de entrada forzada, así que es probable que alguna de las mujeres abriera la puerta al asesino.
Es decir, que a plena luz del día una o varias personas llegaron en un coche, se arreglaron para entrar en la casa, mataron de distintas formas y con gran violencia a las dos personas que vivían allí, y tras subir al coche se marcharon en dirección Bardstown. Todo en unos 15 minutos.
Lo más problemático de todo fue encontrar un móvil para el crimen. Como ha dicho un detective del caso, cuando en una investigación encuentran un motivo generalmente les conduce hasta un sospechoso, pero en este caso no encontraron ninguno, ninguna razón por la que alguien quisiera matar a Kahty o Samantha. ¿Podía la hija superviviente, Holly, tener alguna motivación? Había un seguro de vida por 50.000 dólares, que siendo una cantidad apreciable es bastante habitual en ese tipo de seguros, y no se encontró en la vida de la joven nada que indicara que necesitara dinero o lo deseara de forma llamativa. Se investigó su paradero a la hora del crimen y parece que los detectives quedaron convencidos. ¿Podía haber sido algún amigo o cómplice? Tampoco se encontró nada. Aunque tal vez había algunos pequeños conflictos entre madre e hija típicos de la edad, se llevaban bien, y las redes sociales de Kathy, donde era muy activa, parecen demostrarlo. Según la hermana de Kathy, la policía descartó a Holly tras investigarla.
Pero entonces, ¿quién? Kathy era una profesora de educación especial y madre de dos jóvenes estudiantes y ama de casa, que solía acabar el día agotada. Apenas tenía vida social, y desde la muerte de su esposo no había entablado una nueva relación. Muy creyente, frecuentaba la iglesia, y aparte de eso su vida era su trabajo, sus hijas, sus padres y sus hermanos. No tenía enemigos, era un persona que no se metía en la vida de los demás, ni tenía el carácter o el comportamiento que pudiera crear algún deseo de venganza en alguien. Sería difícil encontrar a alguien a quien hubiera ofendido. Su hija Holly se había marchado a estudiar a la Universidad de Morehead, a 200 kilómetros de casa, aunque regresaba en vacaciones y fiestas, y en la casa tan solo vivían Kathy y su hija pequeña. Samantha era una brillante jovencita que acababa de ser admitida en la muy selecta y prestigiosa Academia Gatton de matemáticas y ciencias, lo que incluso había provocado un artículo en la prensa, aparecido 3 semanas antes del crimen. Aunque había sido muy tímida y callada de niña, se había apuntado al coro del colegio y eso le había permitido ganar confianza en sí misma e ir perdiendo su timidez según crecía. Todos la definían como dulce, tranquila, calmada, y no se metía en líos ni daba problemas. Días antes del crimen había salido con su primer novio, acompañados de Kathy. Era algo del todo inocente y la policía descarto ese ángulo enseguida. Una vez a la semana Kathy y Samantha colaboraban en una protectora de animales local, y tenían en casa dos perros y dos gatos, de los que, por cierto, la policía no ha informado nunca. Madre e hija eran fans del grupo Def Leppard, desde que el hijo de uno de los miembros de la banda había sido alumno de Kahty.
Samanta, probándose el vestido.
El sábado día 19 lo habían pasado las dos en Louisville, comprando el vestido y demás elementos para la graduación de Samantha, que se iba a celebrar el siguiente fin de semana. Esa misma tarde Samantha se probó el vestido y enviaron una foto por WhatsApp. El día del crimen, el lunes, no tuvo nada de especial. Según un familiar: Kahty y Samantha estaban teniendo un día muy, muy normal. Fueron al colegio; fueron a la tienda de comestibles, salieron a comprar algo para comer y volvieron a casa; y probablemente no mucho después alguien malvado se presentó ante su puerta. Por mucho que buscaron, los investigadores no encontraron a nadie que tuviera un motivo para matar a las dos mujeres. ¿Podía tratarse de un crimen al azar? La falta de motivo hizo que los detectives se lo plantearan, pero como dijo uno de ellos, ¿por qué esa casa y esas personas? Es difícil sostener que dos o tres personas vayan en coche y de repente decidan pararse, entrar de alguna manera en una casa cualquiera, en pleno día, y matar a sus ocupantes. En Kentucky hay muchas armas, y sería muy probable encontrarse con habitantes armados si uno entra en una casa al azar. Un robo es más que dudoso. Todavía era de día, el coche de las víctimas señalaba que había alguien dentro, y además la casa es vieja y no aparenta riqueza. Kathy tenía un trabajo normal y todos los gastos que conllevan dos hijas estudiantes, y no tenía mucho dinero. Está la posibilidad de un error; tal vez alguien se confundió de casa, o de calle, o incluso de ciudad. O puede que con el crimen se le estuviera enviado un mensaje a alguien, tal vez algún conocido o un familiar lejano. O pudo ser la obra de un psicópata todavía por descubrir, y el motivo pudo ser algo tan nimio como una mirada malinterpretada o alguna ofensa, real o imaginada.
Al parecer a Samantha la golpearon con mucha violencia, en la cabeza y probablemente en otras partes del cuerpo, lo que hace pensar a muchos que había algo personal, ira, implicada en el crimen. Pero como ha señalado un periodista, es difícil imaginar como podrían haber provocado Kathy o Samantha una ira semejante (¿Tal vez su admisión en la Academia Gatton?). Algunos han propuesto que tal vez dispararon a Kahty para quitarla pronto del medio y poder descargar toda su rabia contra Samantha, pero disparar un arma provoca mucho ruido, y si tenían otras armas silenciosas a su disposición, ¿por qué arriesgarse a que algún vecino oyera los disparos? Tal vez la diferencia en las heridas sufridas solo indica que fueron asesinadas por personas distintas, portando armas distintas. En cualquier caso, si los investigadores no ofrecen más datos sobre el escenario del crimen, tan solo se pueden hacer suposiciones con poca base.
Tras mucho investigar, la policía renunció a intentar hallar un motivo y lo fió todo a encontrar el coche. Han rastreado, y siguen rastreando, miles de Chevrolet Impala, en Bardstown, en el resto del estado e incluso en otros estados; de particulares y de empresas de alquiler de coches, y siguen esperanzados en encontrarlo. Es posible, han dicho, que el coche no fuera de los asesinos, tal vez alguien se lo presto a estos, y los detectives están convencidos de que quien matara a las mujeres tuvo que mancharse de sangre, y dejar manchas en el vehículo. Si fue prestado alguien tendría que haber notado manchas de sangre o el olor de la lejía cuando le fue devuelto. Yo nuncha he compartido el optimismo de los investigadores respecto al coche, ya que si como parece los asesino llegaron con la intención de matar y aparcaron el coche en el camino de entrada, significa que no les importaba que el coche fuera visto, y por tanto es improbable que sea encontrado.
La casa de los Netherland fue subastada (se obtuvieron poco más de 40.000 $, cuando cuatro años antes les había costado el doble), y con ello se ofreció una recompensa de 50.000 $, sin resultado. Han pasado ya más de dos años, y los detectives dicen que siguen investigando y buscando el Impala. A los pocos días del crimen los periodistas les preguntaron si ese caso podía estar relacionado con el de Jason Ellis, y ellos respondieron que no. Es cierto que parecen muy diferentes, y que no había absolutamente nada que los relacionase, pero teniendo en cuenta que no tenían ni idea de quien había cometido ninguno de los crímenes, la respuesta era un poco aventurada.
Cuando Jason Ellis fue asesinado su esposa trabajaba como profesora sustituta en una elementary school, aunque no está claro si en la de Bardstown o en la del condado. En cualquier caso, aunque se conocieran, o incluso hubiera coincidido en algún momento en la misma escuela con Kathy, hay que ser muy prudente con estas relaciones. El problema es que en comunidades pequeñas ese tipo de vínculos cruzados aparece muchas veces, y lo que podría ser significativo en una gran ciudad no lo es tanto en un lugar como el condado de Nelson, donde la gente interacciona en colegios, supermercados, tiendas, iglesias y asociaciones. No es difícil encontrar algún nexo de ese tipo entre dos personas cualquiera, y casi con seguridad encontraremos alguno si añadimos a los familiares.
Es posible que los investigadores cuenten con muestra biológicas que no están en la base de datos de ADN, y que tan solo necesitan un sospechoso para identificarlo. Eso explicaría porque siguen confiados en que si encuentran el Chevrolet Impala resolverán el caso, no porque puedan hallar indicios en su interior, sino porque tendrán algún sospechoso para comparar ADN. Pero esto es tan solo una conjetura, ya que la policía nunca ha afirmado, ni siquiera insinuado, que tengan ese tipo de pruebas.
La intranquilidad se había apoderado de Bardstown, y la poca información que proporcionaban los investigadores no hizo más que animar los rumores y las suposiciones, con posibles relaciones de todo tipo entre las víctimas, la mayoría inventadas. Poco después, un nuevo suceso alarmó todavía más a los ciudadanos.
DESAPARECIDA.
Crystal Rogers
Crystal Rogers, de 35 años, era madre de 5 hijos. Había tenido dos de ellos cuando era muy joven, y más tarde se había casado y tenido otros dos hijos con Keith Rogers, de quien todavía mantenía el apellido. Legalmente separada desde hacía años, estaba en proceso de divorcio. Mantenía una relación con Brooks Houck, un empresario inmobiliario de Bardstown, y tenía con él un hijo en común, de dos años de edad. Trabajaba vendiendo o alquilando casas para la empresa de su pareja. La hija mayor de Crystal había tratado de ponerse en contacto con ella varias veces durante la fiesta del 4 de julio de 2015, y al no conseguirlo avisó a sus abuelos, con quienes vivía. Tommy y Sherry Ballard, los padres de Crystal, trataron de hablar con ella, pero sin resultado, y al preguntarle a Houck, este les dijo que se había marchado de casa y que no sabía donde estaba.
Por más que preguntaron a otros familiares y amigos no encontraban rastro de Crystal, así que ya muy preocupados, decidieron denunciar su desaparición ante la policía el día 5 de julio por la mañana. Esa misma tarde el caso tomó una dirección inquietante, cuando el padre y el hermano de Crystal encontraron su coche, sin rastro de su propietaria. El Chevrolet Impala marrón estaba parado en el arcén de la Bluegrass Parkway, unos kilómetros al suroeste de Bardstown, cerca de la milla 14. Las llaves estaban en el contacto, y en el asiento del acompañante se hallaban el teléfono móvil de la desaparecida y su bolso, y no había rastros de lucha o violencia. El coche tenía una rueda pinchada, y la policía determinó que todo apuntaba a un pinchazo real y casual, y no a uno provocado o simulado.
Sherry Ballard Barnes
No era la primera vez que la tragedia golpeaba a la familia. El padre de Crystal, Tommy Ballard, había perdido años atrás a una hermana en un suceso con inquietantes similitudes. Sherry Ballard Barnes, de 19 años y que estaba embarazada de 7 meses, había desaparecido en enero de 1979, y aunque poco después se encontró su coche sumergido en el río Ohio, no se encontró rastro de ella. Más de tres años después se encontraron finalmente sus restos enterrados en un campo, en Indiana. Su esposo, Edsel Barnes, fue detenido, juzgado y condenado por el crimen. Sherry se había separado de él tras quedar embarazada, y Edsel contrató a otro hombre, George Allen Weir para que lo ayudara a deshacerse de ella y no tener que pasar una pensión por la manutención del niño. Ambos fueron condenados a cadena perpetua.
El lugar donde fue encontrado el vehículo de Crystal y los elementos hallados en su interior, sobre todo el teléfono móvil, reducían bastante las posibilidades. Podiá haber sufrido algún tipo de accidente, tal vez se detuvo al pinchar el neumático, se internó el bosque y cayó en algún pozo. Pero parece bastante improbable, y su padre lo rechazó de plano. Incluso le parecía extraño que se hubiera parado, ya que en otra ocasión en que había pinchado había seguido circulando con el neumático pinchado hasta salir de la autopista. Pero en caso de haber parado, dijo, Crystal nunca habría salido del coche. Se habría encerrado dentro y habría llamado a la asistencia, o a alguien para pedir ayuda.
Eso dejaba dos opciones:
1) Ella iba conduciendo su coche y paró al notar que había pinchado. Antes de que tuviera tiempo de llamar por teléfono otro vehículo se paró y alguien se la llevó por la fuerza.
2) Crystal Rogers no iba conduciendo el coche sino su asesino o un cómplice. Probablemente querían ocultarlo o hacerlo desaparecer, o tal vez llevarlo a un lugar donde les interesaba que se encontrara, y el pinchazo arruinó sus planes.
Brooks Houck era un empresario con negocios de venta y alquiler inmobiliarios, y también había intentado convertirse en Sheriff del Condado de Nelson. En 2014 perdió las primarias demócratas contra quien al final ganaría las elecciones, el actual Sheriff, Ed Mattingly, cuyo departamento se encarga de la investigación del caso, con el apoyo de la policía estatal. Aunque Mattingly declaro de forma pública que Houck estaba colaborando totalmente con ellos, la familia de Crystal sospechó de él desde el primer momento, y la verdad es que los detectives también sospechaban, pero no querían que dejara de colaborar. Renunció a contratar un abogado, permitió que los investigadores lo interrogaran tres veces, e incluso ofreció una entrevista a un programa de televisión.
Brooks Houck y Crystal Rogers
Pero había sido la última persona en ver a la desaparecida, su comportamiento en los días siguientes fue bastante extraño y había unas cuantas lagunas en su declaración. Crystal Rogers había sido vista la tarde del 3 de julio, sobre las 15:45, con tres de sus hijos en el Wallmart de Bardstown. Después de eso dejó a dos ellos en casa de su ex, y a las 17:00 horas fue a enseñar una de las propiedades de Houck, tras lo que regresó a casa y cenó con este. Sobre las 19:30 se fueron al rancho familiar de los Houck, a alimentar el ganado, según declaró él. En ese lugar fue vista Crystal por última vez por otras personas, y el resto depende únicamente del testimonio de Brooks Houck.
Según declaró este, él y Crystal regresaron a casa poco después de la medianoche, y mientras él se disponía a acostarse ella estaba entretenida jugando a algún juego en su teléfono móvil. Él se fue a la cama y la dejó a ella levantada, todavía con el teléfono en la mano. Cuando se levantó el día 4 de julio, sobre las 08:00 horas, no había rastro de Crystal, y supuso que se había marchado por la noche o al amanecer. Según contó, tenían a veces una relación estresante, y la forma que tenía Crystal de enfrentarlo era marchándose a casa de una prima suya. Lo había hecho varias veces (entre 4 y 6 veces, especificó en la entrevista de televisión, aunque los padres de Crystal afirmaron que tan solo sabían de una ocasión) y había pasado fuera un día o día y medio antes de regresar, y por eso no se preocupó en absoluto, ni siquiera cuando tras llamarla por la mañana y al mediodía no obtuvo respuesta. Esa tarde los dos tenían planeado acudir a una reunión familiar de los Houck en casa de uno de los tíos de Brooks, y él acudió solo.
La policía cada vez sospechaba más de él. Era vago en los detalles respecto a la noche de la desaparición y su aparente colaboración era fría y distante. No parecía muy interesado en la búsqueda de la madre de su hijo, y no pasó una prueba con el polígrafo, aunque el afirmó que los resultados no eran concluyentes. Tenía un hermano, Nick Houck, que era miembro de la policía de Bardstown, y aunque ese cuerpo o era el encargado de investigar el crimen, su comportamiento y falta de colaboración acabaron provocando su despido. Se negó a hablar con los detectives, incluso cuando se lo pidió su jefe, y además, fue cazado avisando a su hermano. Cuando este estaba siendo interrogado por el detective Snow, recibió una llamada de Nick advirtiéndole que la policía quería hablar con él, y recomendando que no lo hiciera. Es una llamada bastante extraña, cuyo significado e intención, sospecho, no es el que supusieron los investigadores y la prensa.
En el vídeo, Brooks Houck recibe la llamada de su hermano mientras es entrevistado por un detective.
Poco después Nick fue interrogado, y sus respuestas fueron decepcionantes, con sorprendentes fallos de memoria. Por ejemplo, tras el interrogatorio a Brooks en el que este había recibido la llamada de su hermano, los dos se fueron al rancho familiar y pasaron allí dos horas, pero cuando le preguntaron a Nick lo que habían hecho allí, este dijo que no lo recordaba. Unos días después se sometió al polígrafo y le dijeron que había mentido en unas cuantas respuestas, lo que él negó con vehemencia. Finalmente fue despedido de la policía de Bardstown. Su falta de colaboración inicial, incluso con la petición expresa de su jefe; la llamada a su hermano, interfiriendo en la investigación; y sobre todo sus decepcionantes respuestas en el interrogatorio alegando falta de memoria. Como declaró su jefe, Rick McCubin, para explicar el despido, esas fallas de memoria son intolerables en un agente de policía, para el que buena parte de su trabajo es testificar ante los tribunales.
Yo sospecho que la llamada a su hermano, la posterior visita al rancho familiar y la falta de explicación sobre lo que habían hecho allí tenían el objetivo de atraer la atención de los investigadores sobre ese lugar. Lo cierto es que lo consiguieron, ya que se ha registrado y excavado en buena parte de la propiedad. Pero no solo allí, se buscó a Crystal de forma activa en muchos otros lugares, con todos los medios: voluntarios, helicópteros, submarinistas, perros… Se busco en ríos, lagunas y barrancos, pero sin éxito. Parece haberse esfumado. Después de unos meses el Sheriff Mattingly declaró que consideraban que Crystal Rogers estaba muerta, y que Brooks Houck era el principal sospechoso, y aunque los investigadores están convencidos de que él la mató, no ha llegado a ser detenido, ya que no hay ninguna evidencia contra él. Su relato sobre la desaparición de Crystal es poco creíble, pero no es descabellado, ya que era cierto que ella se había marchado alguna vez tras alguna discusión, y había pasado un día o día y medio fuera, en casa de su prima.
Uno de los empleados de Houck, Danny Singleton, fue detenido acusado de perjurio y pasó varios meses en la cárcel. Había declarado ante el gran jurado que el día de la desaparición había estado en otro lugar, pero la policía tenía suficientes testimonios de que había estado en el rancho de la familia de su jefe. En su intento por encontrar pruebas, los investigadores han registrado incluso el coche de la abuela de Houck.
Creen que Crystal Rogers nunca salió del rancho y que fue asesinada allí. Pudo ser un crimen planeado, tal vez porque ella quería dejarlo, o porque él descubrió que ella tenía alguna aventura; o pudo ser un suceso imprevisto, tal vez un ataque de ira a causa de alguna discusión por cualquier motivo. En cualquier caso, los detectives están convencidos de que el asesino tuvo que contar con ayuda, seguramente tras el crimen, y el lugar donde fue hallado el coche así lo indicaría. Alguien debía acompañarlo en otro vehículo para traerlo de vuelta del lugar al que fueran, y esa persona sería quien lo recogió tras pinchar el vehículo y tener que abandonarlo. Podría haber sido Danny Singleton, o Nick Houck, u otra persona. El cadáver de Crystal podía ir en el maletero, aunque es probable que ya se hubieran deshecho de el con anterioridad. La policía tenía testimonios contradictorios sobre desde cuando estaba el Chevrolet en la autopista, unos decían que desde el sábado y otros no lo habían visto hasta el domingo, y no han dicho públicamente si han conseguido aclarar esa cuestión. Lo que si se quiso dejar claro es que el Chevrolet Impala de Crystal no podía ser el implicado en el crimen de Kathy y Samantha. El color era distinto, y seguramente comprobaron que ya era marrón cuando se cometieron los otros asesinatos.
La familia de Crystal está convencida de que Brooks Houck es el culpable de su desaparición, y sospechó de él desde el primer momento. La explicación de Houck de la forma en que despareció genera dudas, pero no es inverosímil, y su comportamiento posterior, aunque extraño, tampoco implica culpabilidad necesariamente. Los detectives necesitan encontrar el cadáver (porque están seguros de que está muerta) para avanzar en la resolución del crimen. El lugar donde se encuentre, su estado, sus heridas, cualquier cosa puede proporcionar la prueba decisiva.
Tommy y Sherry Ballard
Tommy Ballard y su esposa Sherry han continuado incansables la búsqueda de su hija y no han permitido que nadie se olvidara del caso. Se han enfrentado en los tribunales con Houck a causa de las visitas y la custodia de su nieto, el hijo de Brooks y Crystal. Aunque algunos en Bardstown encuentran molesto encontrarse a cada paso con carteles sobre la desparecida y temen que ofrezca mala imagen del pueblo y espante al turismo, la mayor parte de la comunidad apoya a los Ballard. Todos estaban inquietos, enfadados y preocupados, pero nadie se imaginaba lo que estaba por venir.
OTROS CASOS
El condado de Nelson tiene su cuota de casos antiguos sin resolver, entre los que destacan los asesinatos de Lucinda Strange (1990), George Lollis (1991) y Kent Harlan Hardin (2000), todos bastante misteriosos. En los últimos años ha habido unos cuantos crímenes más, a cada cual más extraño, ocurridos en el condado o a personas que vivían allí. Daniel Cahoe, de 34 años, de Bardstown, fue encontrado muerto de un disparo en la cabeza el 5 de enero de 2012. El cadáver fue hallado en un granero en el condado de Spencer, un lugar al que según su familia no iba nunca. Llevaban varios días sin poder comunicarse con él, y los forenses opinaron que había sido asesinado el 2 de enero.
Daniel Cahoe
Por una de esas casualidades a las que tendremos que acostumbrarnos al tratar de Bardstwon, su hermano gemelo Roger estaba en el hospital debido a un disparo que había recibido el día anterior, 1 de enero, en un incidente que parece no guardar ninguna relación con el asesinato de Daniel. Al parecer a Roger le habían disparado en el estómago (se recuperó) en medio de lo que la policía denominó una discusión doméstica, y el autor del disparo fue detenido de inmediato y enviado a prisión. Casi 5 años después el caso de Daniel sigue sin resolverse. Apenas hay información, y la policía no ha confirmado si hay sospechosos. Se dice que tomaba drogas de vez en cuando, pero algunos puntualizan que tan solo algo de marihuana. Nadie sabe dónde ni con quien pasó la última semana de su vida.
El 3 de junio de 2016 un hombre de 61 años, Michael Wayne Unseld, fue asesinado en un apartamento sobre un club nocturno, en Bardstown. Según declaró un hombre que vivía en una habitación contigua, un sujeto había intentando entrar y él se lo había impedido, pero poco después la víctima había dejado pasar al hombre. Unos minutos más tarde sonaron unos disparos, y el testigo se encontró a Unseld en el suelo, y ni rastro del intruso. Parece que en ese lugar se alojan personas con problemas de todo tipo, y enseguida se puede pensar en algún suceso relacionado con la delincuencia o alguna transacción que resultó mal, pero lo cierto es que han pasado 6 meses y no se ha detenido a nadie, y además hay algo que puede convertir este crimen en algo más complicado. Wayne Unseld había sido el autor del disparo que en 2009 mató a un tal Derek Downs, cuando ellos dos y un conocido estaban cazando ardillas. El agente Mattingly, el actual Sheriff del condado, investigó el suceso y determinó que había sido un accidente. Cuando poco después del asesinato de Unseld un diario solicitó acceder al informe sobre la muerte de Downs, le fue negado con el argumento de que podía interferir en la investigación en marcha. Eso significa que la policía ha considerado la posibilidad de que ambos sucesos estén relacionados.
En agosto de 2014, John Wood (59 años) y su hijo Jason (32 años), de Bardstown, se marcharon a Oregon a cazar. El coche fue encontrado a primeros de septiembre sin rastro de sus ocupantes, pero con casi todo el material de caza y la tienda. Se supuso que tal vez habían salido a dar un paseo por los bosques y habían sufrido algún accidente. Se les catalogó como desaparecidos hasta julio de 2016, cuando se encontraron los cadáveres de los dos hombres, y la policía de Oregon declaró que todo parecía indicar un asesinato seguido de suicidio. Y ya está, no se han ofrecido más noticias. Ni quien mató a quien, ni el posible motivo, ni nada. Por comentarios de algunos familiares, y el hecho de que ha habido funeral por Jason y no por John, creo deducir que fue el padre quien mató al hijo y después se suicidó. En principio un suceso ocurrido en Oregon no debería ocupar lugar aquí, pero el asesinato de un hijo adulto por su padre es un suceso tan poco habitual que me parece extraño que no haya captado el interés del público y la prensa de Bardstown. ¿Por qué mata un padre a su hijo? ¿Por qué aprovecha un viaje al otro extremo del país para hacerlo?
CONSIDERACIONES
Dejemos de momento todos los otros casos de lado y centrémonos en los tres que han atraido la atención y que se han concentrado en poco más de dos años, los asesinato de Jason Ellis, Kahy y Samantha Netherland y la desaparición de Crystal Rogers. ¿Son sucesos independientes o están relacionados de alguna forma? Hay opiniones de todo tipo. El hecho de que Nick Houck fuera compañero de Jason Ellis ha disparado los rumores y las suposiciones que relacionan ambos casos. Hay muchos que creen que hay algo turbio en la policía de Bardstown, y crecen las críticas por tantos casos sin resolver, aunque como señalaba continuamente el antiguo jefe de policía, ellos no investigaban ni uno solo de los casos: La policía estatal investiga las muertes de Elis y las Netherland, mientras que la desaparición de Crystal Rogers es investigada por la policía del condado conjuntamente con la policía estatal.
El rango de opiniones va desde quienes creen que los tres casos son sucesos independientes, sin relación entre ellos, hasta los que creen que hay un serial killer actuando en la zona, responsable de los tres delitos. Entre estas dos opiniones extremas hay otras 3 relaciones posibles: Ellis-Netherland, Ellis-Rogers, Netherland-Rogers. Por supuesto, todo se complica si se añaden más casos, y por ejemplo, algunos piensan que el asesinato de Daniel Cahoe puede estar relacionado.
A primera vista hay dos diferencias fundamentales entre los casos Ellis / Netherland por un lado y el de Rogers por el otro.
1) En los primeros casos hay asesinato, mientras en el otro, por muy convencidos que estén los agentes de que está muerta, tan solo una desaparición. Quien asesinó a Ellis y a Kahty y Samantha no se preocupó de ocultar los cadáveres, mientras que la ocultación es la característica principal del caso Crystal Rogers.
2) En los casos de Ellis y las dos mujeres los investigadores no tienen sospechosos, mientras que hay un sospechoso muy evidente de la desaparición de Crystal.
Yo consideraba el caso Rogers como claramente independiente, y aunque he visto a sospechosos más claros que Houck resultar inocentes, lo cierto es que hay bastantes indicios que lo señalan. Por otro lado, llevo más de dos años dudando sobre la posible relación entre los crímenes de madre e hija y el de Jason Ellis. Parecen diferentes en todo, pero igual que desde el principio me pareció que había algo muy extraño en el caso del asesinato del policía, tuve la misma impresión sobre el caso Netherland, la de algo raro, inusual, fuera de lugar. A día de hoy sigo sintiendo la misma desazón cada vez que repaso la información sobre ambos crímenes, y aunque el análisis imparcial de la evidencia no proporciona ni un solo indicio de que pudieran haber sido cometidos por la misma o mismas personas, hay algo que me impide dejar de lado esa hipótesis, y continúo dudando.
Y de repente, cuando parece que ya nada de lo que ocurra en Bardstown puede sorprender, un nuevo suceso ha llevado el dolor, la rabia y el miedo al pueblo.
ÚLTIMO ACTO. POR AHORA
Tommy Ballard
¿Cuanta desgracia puede cebarse en una familia? Los Ballard todavía no habían terminado con su cuota. Todo el mundo en Bardstown se sintió apenado cuando llegaron noticias de que Tommy Ballard, el infatigable padre de Crystal Rogers, había muerto en un accidente de caza. El pasado sábado 19 de noviembre Tommy llevó a su nieto de 11 o 12 años (hijo de Crystal) a una jornada de caza en un terreno de su propiedad, al borde de la Bluegrass Parkway. Sobre las 07:30 de la mañana un disparo atravesó el pecho de Tommy y salió por su espalda, provocando su fallecimiento poco después. Todos sintieron la terrible pérdida de los Ballard, y todos temían que la desgracia fuera todavía mayor si el autor del disparo fatal era el inexperto nieto de Tommy. Sin embargo, según pasaban las horas, y después los días, llegaba nueva información que ponía en duda el accidente y apuntaba la posibilidad de algo más siniestro.
Los accidentes de caza son relativamente frecuentes en la zona, pero la mayoría son caídas o casos en los que cazadores descuidados se disparan a sí mismos, y son bastante menos habituales las muertes por disparos de terceros, y además, en la mayoría de los casos el autor del disparo fatal suele presentarse, ya que la ley es bastante benigna con estas situaciones.
Pero en este caso nadie se ha presentado. La policía ha declarado que ha descartado que el autor del disparo fuera el nieto de Tommy. Aunque hay declaraciones contradictorias, unos dicen que la escopeta del joven ni siquiera estaba cargada, y otros que ni siquiera llevaba escopeta, los investigadores han confirmado que el joven no había disparado, y el arma de Tommy tampoco había sido usada. .
Coches de policía en el lugar donde murió Ballard.
Cuando escribo estas líneas ya han pasado más de tres semanas y no hay novedades. Hay un apagón informativo casi total, posiblemente a petición de los investigadores. Sí se ha dicho que la policía está tratando el caso como un homicidio, pero que no se descarta ninguna posibilidad. Han solicitado que se pongan en contacto con ellos a todos los que pasaran esa mañana por la zona y llevaran una cámara en el vehículo, sobre todo camioneros, por si en alguna grabación apareciera alguien.
Según parece, el nieto de Tommy se alejó unos metros de regresó a la camioneta a buscar algo y en ese momento dispararon contra su abuelo. El hijo de Tommy, Casey, que estaba en una finca diferente, aunque en la misma propiedad, pudo oir el disparo. Tommy Ballard estaba en campo abierto, a unos metros de los árboles, y nadie podía dejar de verlo allí, llevando un chaleco de seguridad de color llamativo, y con la gran camioneta roja cerca. La única posibilidad de un accidente sería que quien disparó estuviera en el bosque y no pudiese ver a su víctima. No se sabe si la policía ha recuperado la bala y el cartucho, aunque yo creo que es posible que la bala, al menos, si la tengan, ya que al día siguiente dejaron entrar en el claro a familiares y amigos de Tommy. Según algunos habitantes de la zona, la actividad de los agentes en los márgenes de la Bluegrass Parkway podría indicar que creen que el disparo se produjo desde allí, y el hecho de que estén estudiando las grabaciones de camioneros que pasaron por la autopista esa mañana parece apoyarlo.
La autopsia podría ayudar a dilucidar si se trata de un accidente o un asesinato. Por ejemplo, si el agujero de entrada es muy irregular podría indicar que la bala golpeó antes en algún lugar (una rama, un tronco, …), lo que indicaría muy probablemente un accidente. Se podrían encontrar también señales en los árboles, o pequeñas ramas u hojas cortadas o atravesadas, que harían también probable un disparo accidental. Pero si no se encuentra nada de todo eso, la hipótesis de que fue un acto deliberado debería colocarse en primer lugar. Desde el primer momento los Ballard han dicho que no se creen la hipótesis del accidente. Según su esposa, Tommy habia comentado con varias personas durante las últimas semanas que estaba siendo seguido por alguien, y ella está convencida de que fue asesinado porque estaba a punto de descubrir algo importante sobre la desaparición de su hija. Esto último lo encuentro muy improbable, y en caso de que estemos ante un asesinato, y cada día que pasa parece más probable, dudo mucho que la motivación fuera esa.
Mapa de la zona con los principales lugares.
Las implicaciones de que se esté ante un asesinato cortan el aliento en Bardstown, donde mucha gente se está comenzando a poner realmente nerviosa. Algunos van armados a todas partes, y ya nadie sabe qué pensar ni en quien confiar. ¿Un crimen relacionado con la desaparición de su hija, o tal vez relacionado con las muertes de Ellis y las Netherland? ¿Con todos, con algunos o con ninguno?
Mientras tanto, muchos empiezan a preguntarse quién será el siguiente.
Opinar sobre casos pendientes de resolver y con poca información resulta muy arriesgado, pero también ofrece una perspectiva fresca y auténtica. Escribir sobre casos resueltos exige un trabajo analítico y rigor en la exposición, pero cuenta con la evidente ventaja de conocer la solución al enigma, y de saber los caminos que no tenían salida y los que llevaban a la solución. En mi opinión, la muerte de Tommy Ballard es muy probablemente un asesinato, pero no tengo ni idea de quien puede ser el autor ni el significado de esta muerte para los demás crímenes. En espera de más datos, el misterio de Bardstown se hace cada vez más y más profundo.
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FUENTES:
A continuación les ofrezco unos cuantos enlaces que pueden servir como introducción a algunos casos. Si alguien desea la fuente de algún dato en concreto, me lo puede solicitar.