INTRODUCCIÓN
Timothy Asti Davison |
Los policías parecían estar tan desconcertados como lo estábamos
los demás ante el aparente absurdo del crimen. Cuando
20 meses después
se hizo pública la sorprendente solución, cogió a todo el mundo a
contrapié. Una vez que se conoce la respuesta, esta parece natural y
lógica, pero lo cierto es que nadie la aventuró mientras el crimen
estuvo sin resolver.
MUERTE
EN LA I-81
Ruta seguida por Davison |
Poco
antes de las 2 de madrugada Asti viajaba hacia el norte por la
I-81, atravesando Maryland en dirección a Pensilvania, y todavía le
restaban más de 900 kilómetros de aburrido viaje. La noche era
oscura y fría, y la nieve se acumulaba en la mediana y los
laterales, aunque la autopista estaba limpia. Había muy poco
tráfico, la mayoría camioneros, y nada hacía presagiar que fuese a
ocurrir algo fuera de lo normal.
A
la 1:59 la central de emergencias de Maryland, el 911, recibió una
llamada frenética de Davison, en la que este denunciaba que un Ford
Ranger le estaba acosando, y que le estaban disparando desde ese
vehículo. La llamada se cortó justo al cruzar la frontera entre los
dos estados, y cuando la central recuperó la comunicación Asti
les dijo que el otro vehículo le había embestido y echado de la
carretera, y que en ese momento él se encontraba parado en la
mediana. La policía tan solo ha hecho pública una parte de la
grabación, los primeros segundos, donde se puede apreciar que Asti
estaba tranquilo, seguramente pensando que lo peor había pasado.
Impactos de bala en la puerta |
El coche de Asti en la mediana, a la mañana siguiente. |
LAS
POSIBILIDADES
La
policía estatal de Pensilvania, con el apoyo del F.B.I, comenzó la
investigación de inmediato. La información que fueron recopilando
los días siguientes al crimen era la siguiente:
-Las
grabaciones de las conversaciones de Asti con el 911. Varios
minutos en total.
-Una
cámara del departamento de transportes de Pensilvania, situada al
sur del suceso y apuntando hacia el norte, había grabado el crimen,
aunque desde muy lejos, y además las imágenes, en blanco y negro,
no tenían calidad. Había alguna grabación más, pero de menor
importancia.
-Había
marcas de los neumáticos del sospechoso, dejadas al acelerar para
escapar del lugar.
-Había
balas y fragmentos de bala, del calibre 0.44, en el Mitsubishi
Montero de la víctima, con agujeros de bala en la puerta del
conductor y los cristales delanteros de los dos lados rotos.
El Mitsubishi Montero tras el crimen |
-Se
encontró un casquillo de bala, cerca de las marcas de aceleración,
del calibre .44.
-Varios
días después, tras una nueva búsqueda, se encontró el emblema de
un Ford Ranger XLT a pocos metros del lugar donde el vehículo de la
víctima se había salido de la carretera y entrado en la mediana.
-Había
pintura del vehículo agresor en el coche de Asti. Esta era
una pintura azul oscura (Dark Lapis Metallic) específica de Ford, y
que tan solo había sido aplicada a los Ranger de los años 1993 a
1998.
-Se
descargaron miles de datos del GPS Garmin de Davison, con puntos de
paso y la velocidad del Mitsubishi Montero.
-Se
recopilaron todos los datos de llamadas de varias torres de telefonía
en muchas millas a la redonda.
-Se
encontró ADN en el casquillo de bala, pero la muestra era parcial, y
no muy útil a efectos de búsqueda en las bases de datos. Pero
serviría para comparar con un sospechoso en el futuro.
Toda
esta información fue dando sus frutos poco a poco, permitiendo
llegar a algunas conclusiones. Por ejemplo, parecía casi seguro que
el vehículo agresor era un Ford Ranger. La víctima había nombrado ese modelo en su conversación con el 911, y además se había
encontrado un emblema de ese mismo vehículo, y la pintura
transferida era específica de un vehículo Ford. Era una conclusión
bien fundamentada. Se dio aviso a talleres de reparación y
agentes de seguros para que mantuvieran los ojos abiertos.
Rossi Ranch Hand |
Pero
esos pequeños avances no compensaban la falta de resultados en otros
campos. Pese a las llamadas de la policía a la colaboración, no
apareció ni un testigo de los hechos. Había poco tráfico esa noche
en la I-81, pero ni mucho menos era una ruta solitaria. Tampoco había
móvil evidente, y eso si que ponía nerviosos a los investigadores.
Se
descartó enseguida un ataque personal. Asti no tenía
enemigos, y de tenerlos no habrían viajado miles de kilómetros para
matarlo. No parecía razonable que nadie, por la razón que fuese, le
hubiese seguido 1.300 kilómetros desde Florida para actuar en ese
lugar. Tampoco parece posible que nadie le estuviera esperando en la
autopista para tender una emboscada. Además de que Davison había
decidido seguir esa ruta a última hora, no parecía un plan muy
prometedor. No, el motivo para el crimen había que buscarlo en la
I-81. Con los datos disponibles, los detectives pudieron presentar una buena conjetura de lo sucedido esa noche.
Timothy
Davison llevaba varias horas conduciendo por la I-81, y tan solo
había parado para repostar,
la última vez en Virginia. La primera llamada se produjo a la 1:59,
cuando el Mitsubishi
Montero viajaba
por la I-81 a la altura de Haggerstown, Maryland.
El sospechoso golpeó al Mitsubishi y lo sacó de la carretera cuando
estaban unas tres millas dentro de Pensilvania .
En total unos 17 o 18 kilómetros de persecución, menos
de diez minutos. El patrón de velocidad que registraba el GPS
parecía indicar que el incidente había comenzado bastante antes,
cuando Asti
viajaba a la altura de la salida 16, cerca de Martinsburg, Virginia
Occidental. Hasta ese lugar la velocidad registrada fue de 80 millas
por hora, de forma casi constante. A partir de ese punto, subió
hasta 90 mph, y en algunos tramos hasta 100 mph.
El
agresor comenzó a acosar a Davison, le disparó, y cuando vio que no
conseguía su objetivo, golpeó con la parte delantera de su vehículo
la parte trasera del de su víctima. Mientras el Montero circulaba
por la mediana, el Ford Ranger siguió dirección norte y cogió la
siguiente salida, a apenas 3 millas, regresando en dirección sur. Se
planteó al principio que el agresor podría haber atravesado la
mediana para dar la vuelta, pero el tiempo que tardó, calculado a
partir de una borrosa grabación, parece indicar que lo hizo en la
salida.
El asesino regresando para matar |
Se
barajaron dos posibilidades desde el primer momento. La principal, y
la que la prensa favoreció desde el primer momento era la de algún
tipo de altercado de tráfico. La expresión road rage incident
no tiene una traducción directa al español. Hace referencia al
comportamiento iracundo o agresivo de un conductor contra otro
vehículo o sus ocupantes. La agresión puede ser gestual, verbal o
física. En algunos casos pueden ocurrir accidentes e incluso
colisiones voluntarias. Y en los casos más extremos intervienen las
armas de fuego y hay víctimas mortales y heridos. Y ese caso extremo
era lo que la prensa suponía que había ocurrido. Tal vez Asti había
realizado alguna maniobra que había molestado a la persona
equivocada, tal vez se había visto envuelto en algún tipo de
desafío con alguien peligroso.
Otra vsita del coche en la mediana |
A
mí no me acababa de convencer ninguna de las dos hipótesis. Mucha
de la información que he citado no era pública en aquel momento,
pero había la suficiente como para poder hacerse una idea.
La hipótesis
del psicópata, que consideré durante algún momento, la abandoné
bastante pronto. La primera parte del incidente, el acoso del Ford
Ranger al Mitsubishi
Montero, y la segunda, los disparos, parecían encajar bien con la
hipótesis. Sin embargo, el que el agresor golpeara con su vehículo
al de la víctima, ya no parecía encajar tan bien. Si el asesino no
había logrado su objetivo con los disparos, ¿por qué no dejarlo
simplemente y buscar otra víctima u otra ocasión? ¿Por qué
arriesgarse a sufrir él mismo un accidente al golpear (a 150 kms/hora, o más) al otro coche o dañar, como mínimo, su propio vehículo? Si Davison no
era el objetivo, si cualquiera servía como víctima, no tiene fácil explicación. Que el criminal cambiase de sentido y regresase
tampoco parece demasiado lógico. Cuando el coche de Asti se salió
de la carretera el incidente llevaba varios minutos, diez o más, en
marcha. El agresor tenía que suponer que su víctima habría llamado
para pedir ayuda y que esta podría estar en camino. Podría ocurrir
que cuando regresara hasta donde estaba el Montero se encontrase allí
a la policía, o que otros vehículos hubiesen parado para auxiliar
al accidentado. El riesgo era enorme.
Recuerden
que al considerar a un psicópata que decidió matar a alguien sin
ningún motivo previo, casi al azar, estamos considerando a una
persona que correrá riesgos, matar siempre los conlleva, pero que no
los correrá de manera innecesaria. Una persona para la que el odio
hacia la víctima o la ira no son sus principales motivaciones para
matar. En mi opinión, esa hipótesis era muy improbable.
Aunque
no me acababa de convencer, el road rage incident me parecía
la opción más probable. La duración del incidente, la colisión y
el regreso podrían explicarse por el estado emocional del agresor,
enloquecido por alguna ofensa, real o imaginaria. Ciego de ira,
habría actuado a impulsos, sin considerar los riesgos y los
peligros. Sin embargo, yo tenía bastantes dudas.
En
primer lugar, la autopista soportaba muy poco tráfico a esas horas, y
había pocas oportunidades para que dos vehículos se vieran
envueltos en algún tipo de conflicto. Tal vez el suceso no había
sucedido en la carretera, sino en el lugar de la última parada de Asti para
repostar. Pero aparte de que la policía revisó grabaciones y
preguntó a empleados, eso no explicaría que el suceso comenzara mucho después.
Los
disparos encajaban con un incidente con alguien peligroso, pero que
este dañara su propio vehículo para provocar un accidente indicaría
mucha, mucha ira. Lo que más me desconcertaba era el regreso. Casi
cualquier agresor envuelto en un suceso de este tipo, por agresivo
e iracundo que estuviese, se habría dado por satisfecho al echar al
otro de la carretera y habría seguido su camino, un poco asustado,
también, por lo que acababa de hacer. Durante los cinco largos
minutos que duró el regreso, habría tenido tiempo para pensar en el
riesgo de lo que estaba a punto de hacer. Era esa vuelta para matar
lo que no me acababa de encajar bien con ninguna de las dos
hipótesis.
Yo
creo que la policía era algo escéptica al principio respecto al
road rage incident, pero cuando recibieron los datos del GPS de la
víctima y se fijaron en el aumento de velocidad a partir de
Martinsburg, unos 25 kilómetros antes de la primera llamada de Asti,
creo que lo consideraron muy seriamente. Eso podría indicar que el suceso comenzó lentamente, tal vez con un pique entre los dos
vehículos, adelantándose entre sí, y que tan solo minutos después
desembocó en una agresión.
El
principal argumento contra el road rage incident venía del propio
Davison. Parece ser que en sus conversaciones con el 911 no mencionó
en ningún momento ningún suceso previo que pudiese haber provocado
la agresión, y que su descripción de la misma indicaba que la
consideraba no provocada y sorpresiva. También era posible que
quisiese ocultar su participación en algún conflicto previo o que
no considerase oportuno mencionarlo, pero era un dato a tener muy en
cuenta.
Recompensa |
Pasaron las semanas
y después los meses. Todos los caminos parecían callejones sin
salida, y mucha gente empezó a pensar que el caso no se resolvería
nunca. A mí me tenía totalmente perplejo. Ninguna de las hipótesis
me acababa de satisfacer. No había relación entre Asti y su
asesino, pero el comportamiento de este, sobre todo en la parte
final, parecía salirse de los límites de un road rage incident
o un asesinato al azar. Generalmente hacía una búsqueda en internet
dos o tres veces al mes, para ver si había alguna novedad, aunque yo
también comenzaba a temerme otro caso sin solución. Y entonces, de
repente, se resolvió. Todo encajó con facilidad, y no pude más que
preguntarme por qué esa hipótesis no la había considerado. Ni yo, ni la policía, ni nadie.
LA SOLUCIÓN
Jamie y Courtney Breese |
John Wayne Strawser |
Amy Lou Buckingham |
Recordaron la noche
del 3 de enero de 2014. Habían salido para pasar la noche en el
Cloud 9, pero decidieron irse pronto. Cuando se marchaban en su Honda
Pilot, comenzaron a recibir mensajes y llamadas de Strawser, cada vez
más agresivo e insultante con Courtney. Jamie se puso al teléfono e
intentó razonar con él, pero este solo parecía interesado en saber
dónde estaban. Por la conversación, Jamie tuvo la sensación de que
estaba cerca. No le dijeron nada, y Strawser los amenazó. Después,
Jamie le colgó el teléfono, y este incidente tuvo como consecuencia
que estuvieran varios meses sin tener noticias de John.
Sin embargo, cuando
al día siguiente los Breese se enteraron de lo sucedido en la I-81,
hablaron sobre ello. El crimen había tenido lugar en la ruta que
ellos solían seguir para regresar a su casa, y sabían que Strawser
conducía un Ford Ranger. Pero lo que más les inquietaba era la
información y las fotos del vehículo atacado, un Mitsubishi Montero
de color plata. De apariencia muy similar al Honda Pilot color plata
de los Breese. Tanto que en una noche oscura sería difícil
distinguirlos.
Honda Pilot |
¿Podría ser que
Strawser…?, había preguntado Jamie. No, había respondido
Courtney, John era un acosador agresivo, pero no un asesino. Jamie
convino en ello, y decidieron que no merecía la pena hablar con la
policía. Pero cuando se demostró que Strawser era en realidad un
asesino, los Breese decidieron que tenían que comunicar sus sospechas.
Al escuchar los investigadores el relato de Jamie, comprendieron
enseguida que estaban ante una buena pista, y no tardaron en encajar
todas las piezas. De repente, lo que parecía sin sentido, comenzaba
a tenerlo, y pudieron presentar un relato bastante detallado de lo que
podía haber ocurrido aquella madrugada.
El aumento de
agresividad de John Strawser y su obsesión con Courtney había
alcanzado el punto de ebullición. Esa noche viajó desde su casa
hasta la zona por donde sabía que se movían los Breese, y comenzó
a buscarlos, arriba y abajo en la I-81. Suponía que estaban cerca,
pero irritado por no encontrarlos, los llamó e intentó averiguar
dónde estaban; pero no le dijeron nada, y la conversación acabó en
insultos y amenazas. En ese momento, poco antes de las dos de la
mañana, Strawser estaba fuera de sí, y decidido a cualquier cosa.
Si Courtney no era suya, no sería de nadie, como ya había dicho
alguna vez delante de testigos. En ese estado, y cuando circulaba por
la I-81, se encontró con un coche que confundió con el de los
Breese, y comenzó el ataque. Primero le disparó, y después intentó
echarlo de la carretera, hasta que lo consiguió. No sabemos, tal vez
no lo sepamos nunca, el momento en que Strawser se dio cuenta de su
error. Es probable que no fuera hasta que realizó los disparos
fatales.
Los enormes riesgos
corridos por el asesino, el dañar su vehículo y el regreso, se
explican debido a que estaba cegado por la ira, debido a una cuestión
personal. Estaba convencido de estar atacando a los Breese, y una vez
comenzado el ataque tenia que terminarlo. Creo que era consciente de
que sus supuestas víctimas sabrían quien les estaba atacando y que
podrían denunciarle. Pero no creo que esa fuera la motivación, al
menos no la principal, para regresar y matar. Dado el tiempo que
había durado el incidente, era de suponer que habrían llamado a
emergencias y podían haberlo identificado como su atacante. Pero no
creo que Strawser estuviese considerando eso, creo que estaba tan
cegado por la ira y la rabia que no reparó en los riesgos que
corría. Hizo algo similar al matar a Amy Lou Buckingham delante de
su casa y consciente de que varios testigos los habían visto juntos.
No le importó. Su rabia pudo con cualquier precaución.
Strawser tras su detención |
Lo único que no
encaja del todo bien es el aumento de velocidad del coche de Asti. Se
sabe que Strawser estuvo hablando por teléfono con una de las
mujeres con las que mantenía relaciones entre la 01:41 y la 01:56,
mientras viajaba hacia el norte desde Virginia Occidental hacia
Maryland. La llamada finalizó cuando se encontraba por la zona de
de Haggerstown, cerca de donde Davison hizo su primera llamada 3
minutos después. Hasta ahí todo encaja bien. Pero si tenemos en
cuenta que el aumento de velocidad de Asti, que pasó de ir a 80 mph
a ir entre 90 y 100 mph, comenzó unos 25 kilómetros más al sur,
tenemos que suponer que pudieron pasar dos cosas:
1) El ataque comenzó
bastante antes de Haggerstown, tal vez lentamente, limitándose a
pegarse al Mitsubishi y obligando a Asti a acelerar, y tan solo 10 o
15 minutos después comenzaron los disparos. En ese caso, Strawser
habría estado hablando por teléfono con otra persona durante toda
la primera fase del ataque.
2) El aumento de
velocidad del Montero fue una casualidad, y no estuvo relacionado con el
incidente.
Es probable que esta
cuestión se aclare durante el juicio.
(Mapa con los puntos más importantes. Pinche con el ratón en los iconos para más información)
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CONCLUSION
Considero que la
utilización de categorías donde encajar los hechos resulta
indispensable para ordenar la información y
poder proponer conjeturas o hipótesis.
Sin embargo, existe el peligro de que la obsesión por catalogar y
asignar cada dato a un lugar nos haga perder de vista que esa
categorías son entes artificiales que nos ayudan a comprender la
realidad, pero que no la sustituyen. Si los hechos no encajan en las
categorías que les asignamos, no deberíamos empeñarnos en que
encajen de cualquier forma, y tal vez deberíamos adaptar
las categorías a los datos en vez de lo contrario.
Durante
todo mi seguimiento del caso no leí ningún artículo donde se
insinuara un posible error de identificación como la solución. Ni
en los comentarios a las noticias o los foros lo propuso nadie, ni
nadie ha aparecido solicitando crédito por haber propuesto la
hipótesis. Tampoco la policía, que al anunciar la resolución del
caso no dijo haber considerado esa hipótesis. Si lo hubieran
hecho, habrían realizado en su momento una llamada para que se
presentaran los que condujeran coches similares al de la víctima. Eso nunca
ocurrió.
Un
error de identificación está siempre presente como una posibilidad
cuando hay un caso sin resolver y no se encuentra móvil evidente. Es
probable que en algún momento a todos se nos pasara por el
pensamiento la idea de un error de identificación, pero seguro que
la apartamos de inmediato, de forma automática. Yo, al menos, así
lo hice. Mi mente estaba trabajando con ciertas categorías, y no
había espacio para otras, pese a que había hechos que no encajaban
bien en las primeras. Al fin y al cabo, resultó ser un crimen
personal, una variante del mismo, y eso explicaba algunos elementos
que no explicaban las otras hipótesis. Pero como el crimen personal
había sido eliminado desde el principio, tan solo quedaba una
hipótesis principal (el road rage incident) y otra secundaria (el
psicópata que mata al azar), y en ellas debían encajar todos los
datos.
Muchos
critican a los Breese por no haber acudido antes a la policía, y
aseguran que el asesinato de Amy Lou Buckingham se podría haber
evitado si ellos hubiesen reaccionado antes. Es un asunto discutible.
Lo que creo muy probable es que los Breese habrían acudido a la
policía si esta hubiera anunciado que consideraba la opción de un
error de identificación y hubiese hecho un llamamiento público en
tal sentido.
Opino
que este caso es un buen ejemplo de como una hipótesis, que sin ser
evidente tampoco resulta forzada, puede ser dejada de lado y no
tenida en cuenta a partir de suposiciones acerca de la categoría
donde debe encajar el crimen.
DESPUÉS
A día de hoy
Strawser está encerrado en una cárcel de Virginia Occidental a la espera de
dos juicios por asesinato. Los Breese han demandado a la madre de
Asti, que había ofrecido una recompensa, pero que al parecer se
niega a pagar debido a que considera que debieron haber hablado
antes. Es probable que este asunto acabe también en los tribunales.
Cuando haya
novedades importantes se añadirán al final de este escrito.
FUENTES
Descargar archivo PDF: Affidavit of Probable Cause John Wayne Strawser
http://www.nydailynews.com/news/national/maine-man-shot-dead-road-rage-horror-article-1.1567347
http://www.nydailynews.com/news/national/maine-man-shot-dead-road-rage-horror-article-1.1567347
http://www.pressherald.com/2014/02/19/pennsylvania_police_release_details_of_car_in_road_rage_death_of_mainer__/
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Próximamente: El asesinato de Jill Dando.
Etiquetado asesinato, caso, crimen, Estados Unidos, Strawser