La reciente noticia de que la UCO ha creado un equipo de investigación para analizar los hechos y “los registros técnicos” ha provocado reacciones de esperanza, escepticismo y cierta sorpresa. La sorpresa viene dada porque hace muy pocas semanas una periodista bastante cercana ponía en boca de miembros de ese grupo que no se reabriría el caso, que no podían trabajar sobre nada, y que no había líneas de trabajo alternativas. Asimismo, Aníbal y Marianela se han cansado de repetir que los miembros de la UCO les confirmaban en comunicaciones personales que estaban 100 % seguros de sus conclusiones, y que no había nada que investigar.
 
Nadie ha explicado, y los periodistas afines ni preguntan ni comentan, ese radical cambio de criterio. Se afirma que es el Comandante de delitos contra las personas quien le ha comunicado directamente a la Juez la formación de ese grupo, al parecer a petición de esta, y quien se habría encargado de formarlo, o al menos de supervisar su formación. 
 
No se ha informado, y es muy importante, si alguno de los miembros de la UCO que investigaron originalmente el caso forma parte de ese grupo de revisión. Yo supongo que no, quiero creer que no, porque lo contrario supondría una decepción enorme. La situación no es la ideal, hay que decirlo. Una revisión del caso debería ser llevada a cabo por un equipo de investigadores lo más alejado que se pueda del original. Si fuera posible de otro cuerpo policial, y si no, al menos, de otro grupo distinto dentro del mismo cuerpo.
 
Que Juez y Fiscal sean los mismos que procesaron y encarcelaron a Medina ya es suficiente anomalía. Legal, sí, y ajustado a reglamento, pero anomalía. Porque a ambos, Juez y Fiscal, se los ha colocado en una situación imposible, en la que se les pide que demuestren que se han equivocado anteriormente. Lo ideal sería que otro Juez y otro Fiscal se encargaran de esta tarea, pero como parece ser que nuestras leyes no contemplan esa posibilidad, pues hay que aceptarlo tal como es. De momento, parece que ninguno de los dos va a participar de forma activa en esa nueva investigación, o revisión, o lo que sea realmente, y que le han trasladado la responsabilidad a la UCO. 
 
Y en este punto pueden empezar a surgir las dudas. ¿Por qué esa nueva investigación, por qué ahora? Es muy probable que la motivación está sustentada en un conjunto de consideraciones de distinto signo, pero creo que podemos representarlas agrupadas en dos visiones que representan extremos que parecen incompatibles, la visión optimista y la visión pesimista.
 
La visión optimista
 
Según esta forma de considerar el asunto,  altos mandos de la UCO se habrían dado cuenta de que hay algo que no funciona correctamente en la tesis que han mantenido hasta ahora. El efecto acumulativo de las sentencias que exculpan a Medina, el documental de la Sexta, el libro de Caraballo, la contundente rueda de prensa de Medina y sus abogados…, habrían convencido a las más altas instancias del grupo de que su defensa de la investigación inicial no resulta convincente. Pese al riesgo reputacional para la UCO, consideran que es preferible afrontarlo y que si hay algo que encontrar, mejor lo encuentran ellos que otros. Si finalmente se demuestra que se cometió un error, se subsanará en parte por ellos mismos, y si tras una nueva investigación no se encuentra nada que refute la primera investigación, la reputación quedará a salvo. 
 
Para Juez y Fiscal nos encontraríamos ante una situación parecida. Prácticamente forzados, a riesgo de que sean obligados por instancias superiores, asumen que una nueva investigación pueda demostrar su error inicial, y dejan en manos de la UCO la labor de descubrirlo. Según esta visión optimista, se investigará de forma activa y se revisará todo el caso y se seguirán todas las pistas que puedan apuntar en otras direcciones distintas a la original. Finalmente, Juez y Fiscal tomarán sus decisiones con la única consideración de la búsqueda de justicia, sin consideraciones de tipo personal y de reputación.
 
La visión pesimista
 
Según esta forma de ver las cosas, no hay demasiados motivos para la esperanza. Los actores son los mismos que en la investigación original, y en el caso de Juez y Fiscal incluso las mismas personas, quedando pendiente de saber si en el equipo formado por la UCO participan los mismos agentes, o algunos de ellos. El problema de esta situación, obvio para cualquiera que no sea totalmente obtuso en la comprensión de la naturaleza humana, se agrava porque los mismos actores han sido también los participantes en el asunto del cuchillo.
 
Si utilizamos como guía lo ocurrido con este tema, no quedarían muchas esperanzas. A partir de la denuncia de un particular, y casualmente cuando el Tribunal Supremo se disponía a considerar la repetición del juicio, UCO, Fiscal y Juez abrieron una investigación más que extravagante. Se investigó (no se sabe el qué) durante dos meses, para descubrir lo que era obvio para todos desde el primer momento. Y a día de hoy sigue abierto el tema.
 
Esta forma de actuar genera muchas dudas en cuanto a que estos mismos actores sean capaces de llevar adelante una revisión profunda o una nueva investigación. ¿Van a revisar e investigar de nuevo todo el caso los mismos que han tardado dos meses en concluir lo evidente?
 
Según esta versión pesimista, la nueva investigación sería una fórmula para retener el control. Los altos mandos de la UCO se habrían dado cuenta de que la línea de defensa adoptada ya no aguantaba. Las sentencias, documentales, libro, rueda de prensa,…etc., les habrían hecho darse cuenta de que su planeada postura de no hacer nada (que fue lo que le contaron a su amiga periodista, y durante un año a familiares de las víctimas) ya no es suficiente, y que lo que está calando a la opinión pública es que su investigación fue errónea y fallida. Además, su anunciada negativa a revisar lo investigado podría provocar consecuencias inesperadas.  La nueva investigación sería una forma de protección, efectuarla ellos para atajar la posibilidad de que la pudieran hacer otros ante su inacción.
 
En este contexto resulta importante señalar que el actual Coronel de Huelva dejará su puesto en muy pocas semanas por razón de edad. Es en último término el encargado de la investigación policial y quien solicita, o no, la intervención de la UCO en sus casos. Existía la posibilidad de que el nuevo Coronel que llegara pudiera encargar una investigación o revisión del caso a un grupo de investigadores no pertenecientes a la UCO. Si ya se les ha encargado a ellos, pueden retener la investigación muchos meses, un año, o más, sin mucho riesgo de interferencias.
 
Según esta visión pesimista, no se va a descubrir nada que contradiga su investigación original, y pasado el tiempo (con el antecedente del cuchillo cualquiera hace una estimación), lo harán público y presentarán un informe que servirá de base para cerrar el caso en el juzgado.
 
Una alternativa, la visión pragmática
 
Es una especia de escepticismo moderadamente optimista. La motivación para reabrir el caso podría ser mixta, conteniendo elementos de ambas visiones. Podría ser a la vez un intento de retener la investigación y un deseo genuino de averiguar si se cometieron errores. Sea cual sea el motivo para revisar el caso, el hecho es que por primera vez en cinco años existe una investigación abierta, y por tanto una oportunidad. Siempre que los encargados en la UCO de la revisión no sean los mismos que investigaron inicialmente (sería algo lamentable, y se podría abandonar toda esperanza), tengo confianza en que su orgullo profesional se imponga a otras posibles consideraciones, como el compañerismo o la lealtad al grupo. 
 
Además, ellos serán conscientes de que no se puede descartar que en el futuro puedan ser revisadas por ajenos al grupo tanto la investigación original como su propia revisión, y querrán dejar claro que han estudiado todos los ángulos y agotado todas las posibilidades. Por supuesto, no soy tan inocente como para pensar que van a saltar unos encima de otros para encontrar sospechosos alternativos, ni que Fiscal o Juez los presionen para hacerlo, pero una vez abierto el caso no será fácil dominarlo y conducirlo, y podría tomar vida propia. No se pueden exigir resultados, porque sería posible que una investigación impecable no llegara a una solución satisfactoria, pero si se puede exigir interés y voluntad. Salvo casos excepcionales, los asesinos no vienen a entregarse, hay que buscarlos de forma activa. 
 
 Creo que se podrá comprobar en no mucho tiempo la seriedad e interés con la que siguen nuevas pistas y si realmente es una investigación o un repaso superficial. No es la mejor situación, pero hay que reconocer que esto parecía imposible hace tan solo unas semanas. Es lo que hay, y hay que aceptarlo de forma constructiva. Esperemos y confiemos en que harán lo correcto, y si no, ya llegará el momento de protestar y buscar alternativas. 
 
Hay muchas cosas que no se saben todavía. Queda pendiente conocer cómo se va a llevar a cabo esa revisión. Si simplemente se va a leer lo ya actuado y escuchar las grabaciones, o si se va a efectuar investigación activa, con nuevas entrevistas a los testigos clave y a otros que puedan ir surgiendo. Si se va a buscar activamente a quien o quienes pertenecen las huellas dactilares, o se va a quedar sin aclarar. Si se va a pedir una muestra de ADN a sospechosos a los que no se les tomó en la anterior ocasión. Si se va a solicitar que ese ADN y esas huellas sean buscadas de forma específica en bases de datos de determinados países. Si se van a efectuar pruebas que podrían validar o refutar determinadas declaraciones de testigos. En resumen, si se va a investigar o simplemente se van a limitar a una revisión superficial de lo ya investigado por el otro equipo.
 
Si al nuevo equipo le interesan pistas, yo tengo una que parece habérseles pasado por alto a los agentes que investigaron originalmente el caso. A ver cómo me arreglo para hacérsela llegar.