Hago un alto en mi retiro cuasi monástico para comentar algunos temas que están de actualidad. Si no hay novedades mayúsculas, es posible que antes del verano publique otra entrada en el blog, con el resumen de lo que va aconteciendo.
 
 
El cuchillo
 
El asunto del cuchillo se va deslizando progresivamente de lo extravagante a lo grotesco. Todavía nadie ha presentado ni un átomo de evidencia que ligue ese elemento con el crimen, salvo que los muy particulares deseos e intereses de un ciudadano se hayan convertido de repente en fuente de evidencia.  
 
Me gustaría que en algún momento se ofreciera alguna información o se dieran explicaciones acerca de la génesis de este asunto, la razón por la que se considera que este cuchillo es más relevante que los otros cuchillos que han ido apareciendo, y por qué llevamos más de un año con este tema. Y si no se ofrecen, espero que alguien capacitado las solicite. El tema estuvo más que claro desde el principio, como ya indicó Caraballo en su momento. 
 
El impulsor de esta opereta parece tener cada vez menos resistencia a la frustración, y convierte en un drama insufrible cualquier revés, alborotando a sus seguidores y atacando e insultado a los que no hacen lo que el quiere. Amenaza, como si realmente dirigiera el proceso, con llamar a declarar por perjurio a los que no declaran lo que él desea, y no duda en calumniar y difamar a personas honradas, algo que tampoco resulta novedoso. Cada vez ve más y más cómplices en lo que ya parece una monstruosa conspiración, cuando lo cierto es que ya solo le hacen caso sus más fieles, y tan solo por una cuestión emocional, porque racionalmente solo se observa un erial. También sospecho que hay otros que se pliegan a casi todas sus pretensiones por el simple miedo de que se vuelva contra ellos si no lo hacen.
 
La cuestión es que, más allá de los deseos e intereses de unos y otros, los técnicos de la Guardia Civil ya respondieron hace muchos meses a la pregunta clave, y lo hicieron en el sentido que era evidente para cualquiera con algún conocimiento del caso: ese cuchillo no puede ser el arma del crimen que describieron los forenses, ya que su anchura es incompatible con algunas de las heridas. Es el mismo caso que el cuchillo hallado bajo un mueble en el escenario del crimen, que era demasiado ancho.
 
Ese debió ser el final, pero por la razón que sea la Juez decidió seguir adelante con el tema, llamando a declarar a unos y otros, no se sabe bien por qué o para qué. Acerca de la Juez, nos cuentan desde la prensa con acceso a información: En este sentido, pide que se recabe informe al Instituto de Medicina Legal (IML) con objeto de que los forenses que practicaron las autopsias de las víctimas determinen la compatibilidad entre el cuchillo hallado y las lesiones de los fallecidos.
 
Si esta solicitud es cierta, es poco decir que resulta sorprendente. A ver, ese cuchillo no puede ser el que produjo algunas de las heridas, y por tanto es imposible que sea el arma utilizada si tan solo un cuchillo intervino en los crímenes, como plantearon como hipótesis más probable los forenses al no encontrar indicios de la utilización de más armas. 
 
Ahora bien, hay decenas de lesiones en las que no es posible determinar el instrumento utilizado, porque el tipo (contusiones, erosiones) puede señalar hacia objetos no punzantes, o bien porque hay cortes minúsculos o heridas muy poco profundas, donde siendo muy probable la utilización de un arma blanca, resulta imposible determinar su forma, longitud y anchura.
 
En ese contexto resulta muy fácil responder a las preocupaciones de la Juez: NO se puede descartar que el cuchillo aparecido en la alcantarilla tuviese alguna participación en el crimen. Ni se puede descartar la implicación de ese cuchillo, hay que añadir, ni la de otros muchos millones de cuchillos, navajas, porras, rodillos de cocina o cualquier otro objeto contundente (para las contusiones), cortante o punzante. 
 
No sé si hace falta explicarlo más. Como prácticamente cualquier cuchillo es compatible con la producción de algunas de las lesiones, no se puede descartar ninguno. Ni ese en concreto ni los cuchillos que puedan tener en sus cocinas ciudadanos de Moscú, Denver o Buenos Aires.
 
 
Cualquiera de estos pudo intervenir, tampoco se pueden descartar
 
Lo esencial es si existe alguna evidencia, por pequeña que sea, de que ese cuchillo, o cualquier otro, intervino de alguna forma en el crimen. La respuesta, hasta donde sabemos, es que no. Nada indica que ese cuchillo pudo haber intervenido en el crimen de forma alguna. Llevamos un año (¡un año!) con una causa abierta porque según parece un señor se ha empeñado en que ese elemento es importante, pese a que ni el ni nadie ha presentado evidencia en ese sentido. Quedamos a la espera de que alguien lo haga en algún momento, y si hay otra razón que desconocemos para mantener vivo este tema (¡un año!) se informe de ello, para tranquilidad de todos.
 
 
Los análisis deben ser rigurosos, no ocurrencias de última hora
 
Más serio es el asunto principal. Si algunos dudaban de la necesidad de que Medina y su familia intervengan en la causa, los últimos acontecimientos los habrán convencido de la imperiosa necesidad de que se acepte la personación como acusación popular. Después de criticar durante años la intervención de peritos de parte (los de los otros, claro, no los suyos), ahora los hay que pretenden que se entreguen a perito de parte elementos muy importantes, para que se los someta a procedimientos dudosos, que probablemente destruirán la evidencia o la alterarán de forma irreversible.
 
Da la impresión de que la respuesta del Instituto Nacional de Toxicología respecto al análisis de la manta y el vestido no es el que la Juez, el Fiscal y la acusación esperaban, así que pese a solicitar durante años que se les diese credibilidad absoluta, ahora parece que su criterio ya no cuenta. Resulta sorprendente que los que ahora se disponen a autorizar esos análisis no los solicitaran en 2014, 2015, 2016, 2017. Más aún, si son importantes, ¿por qué no se han pedido durante todos los meses que lleva abierta la nueva causa y han tenido que esperar a que se solicite por la acusación?
 
Por lo que parece, ahora se quieren analizar las prendas de forma integral. Si no entiendo mal, lo que se pretende no es un análisis habitual, por trozos, digamos, sino de cada prenda en su totalidad. Esto es posible, y mucho más barato, pero desde un punto de vista científico y en vistas al análisis de los resultados, es más que dudoso por varias razones. Por ejemplo, de aparecer algún rastro genético, se perdería toda la información sobre el lugar del vestido o manta donde habría estado dicho perfil genético.
 
Además, visto el poco cuidado a la hora de preservar la evidencia (ver la toalla tirada en el suelo, o como se manipularon las toallas durante el juicio, o el hecho de que el vestido ya estuviera plagado de hongos en 2014), no sería de extrañar que dichos elementos hayan sido contaminados. En tal caso, el tipo de análisis que se está planteando podría dar lugar a la aparición de una compleja y amplia mezcla de varios perfiles genéticos y podría dificultar o imposibilitar la correcta identificación de perfiles individuales, ahogando un perfil significativo entre un aluvión de varios rastros genéticos procedentes de la contaminación.
 
Las pruebas científicas, o se efectúan con rigor y por los organismos adecuados o no se hacen. Si se van a realizar pruebas sobre el vestido y la manta, deben hacerse por el Instituto Nacional de Toxicología, y de acuerdo con los protocolos establecidos, no una extravagancia realizada por parte interesada, por razones económicas o del tipo que sea. Sobre todo si, como parece, esos análisis imposibilitarían otros posteriores realizados por organismos pertinentes.
 
A nadie se le escapa el implícito anhelo de todos los que participan en este asunto, que no es otro que la posible aparición de ADN de Medina en esas prendas. Bueno, teniendo en cuenta que no ha aparecido en los primeros análisis, resultaría bastante extraño que apareciera ahora, como, por cierto, parece decir el Instituto Nacional de Toxicología. Ya ocurrió una vez y no llamó mucho la atención. Dudo que nuevamente pasara desapercibido lo extraño y anómalo del asunto si ocurriera en una segunda ocasión. Aparte de su intrascendencia procesal, sería una ocasión excelente para que se revisara TODA la evidencia genética de este caso por órgano o persona competente, algo que nunca se ha hecho. 
 
Nota: Tanto el Fiscal, que en estos años parece haberse convertido en un experto en ADN, como el perito Francisco Etxeberria, podrían comenzar por explicar lo que lleva 5 años sin explicarse: La discrepancia entre los resultados de los análisis de las toallas entre el Laboratorio de la GC y el Instituto Nacional de Toxicología. Vamos a verlo.
 
 
Además de lo ya comentado, hay una serie de razones que desaconsejan que se entregue esa evidencia a perito de parte para su analítica:
 
 
1) No se debe entregar evidencia que se considera importante a una parte cuando todavía no se sabe quien cometió los crímenes, ni hay sospechosos ni imputados. Sería imprudente en grado sumo, e incluso la más relajada cautela aconseja que hasta que haya un investigado, al menos, todas las piezas de evidencia que puedan ser consideradas importantes sean analizadas y custodiadas por organismos y laboratorios no partidistas. Esto debería ser más que evidente.
 
2)  La alteración o destrucción de esas pruebas supondría un daño irreversible, e impediría otros análisis correctos y adecuados que pudieran ordenar en el futuro otro Juez o Fiscal que pudieran entender de este caso. Podría comprometer la investigación y un futuro encausamiento de forma definitiva
 
3) Al ser un análisis realizado por perito de parte, sus pagadores pueden suspender, obstaculizar, detener o finalizar inconclusa la pericia en cualquier momento, y nada garantiza que no lo vayan a hacer si alguna información o avance les hace llegar resultados que no les gustan, o que no van en la dirección que ellos pretenden.
 
Algo parecido ya ha sucedido, cuando al comprobar que el informe de Frontela apuntaba en una dirección que no era del gusto de la acusación, se dejó de colaborar con él y de proporcionarle información, finalizando el perito de forma brusca su informe sin llegar a terminarlo de forma adecuada. La acusación se guardó dicho informe y no lo entregó al Juzgado hasta que fue requerido por la defensa, varios  meses después, pudiendo plantearse como una hipótesis bastante verosímil que nunca lo habrían hecho por voluntad propia de no haberse preguntado por el. O sea, que  hay precedentes en este mismo caso de un inadecuada y dudosa utilización de los peritajes privados por la misma parte que solicita este.
 
4) Si se practican análisis que se alejan de los procedimientos habituales y que suponen la alteración o incluso la destrucción de la evidencia, los resultados podrían ser impugnados por la defensa de un futuro investigado. Supongamos que aparece el ADN de una persona, y que pasa a convertirse en sospechosa al no encontrarse explicación para dicho hallazgo. El hecho de realizar análisis alejándose de los protocolos establecidos podría suponer la anulación de los resultados y la imposibilidad de acusar al autor de los hechos. Además, la imposibilidad de repetir análisis o realizar unos nuevos por peritos de la defensa podría llevar también a la alegación de indefensión.
 
 
Si se considera que se deben analizar el vestido y la manta, debe hacerlo el Instituto Nacional de Toxicología (aunque de momento no parecen muy convencidos), y de acuerdo con el procedimiento habitual y estandarizado. Lo demás son atajos que poco favorecen la búsqueda de la verdad, que se supone que es de lo que va todo esto. Espero que alguien frene este dislate si se pretende seguir adelante.
 
El hecho es que tras muchos meses de abulia les ha entrado a todos un furor investigador digno de estudio, coincidiendo (de nuevo de forma casual, parece ser) con la pretensión de Medina y su familia de presentarse como acusación popular para impulsar la investigación.
 
Dicha pretensión fue denegada por la Juez y está en espera de ser resuelto el recurso ante tal denegación. Las consideraciones de Fiscal y Juez ante la pretensión de personación habrán convencido a los últimos escépticos sobre la posición real de cada uno. 
 
En mi opinión, Juez y Fiscal debieron apartarse de la causa de forma voluntaria. Es cierto que no tenían obligación de hacerlo, pero la más elemental prudencia indicaba ese camino. ¿No confían en que otro Juez y otro Fiscal puedan gestionar este asunto de forma correcta? Yo creo que es hora de que órganos superiores intervengan y reconduzcan una situación insostenible.
 
Por cierto, no se nos ha informado de si la UCO ha presentado ya el informe sobre su revisión del caso, como les solicitó la Juez hace ya tiempo. Veremos lo que sale de ahí, si sale algo. Medina y su familia, con una paciencia a toda prueba, parecen seguir los lentos y tortuosos trámites legales. Con una educación exquisita, añado, pese a las intolerables consideraciones que se han hecho sobre sus intenciones y los insultos y ataques de los que son objeto.
 
Ahora se acepta como acusación popular a la Clara Campoamor… En el tema de la fianza que se le ha puesto a dicha asociación, algunos ya saben lo que opino. Veremos lo que me equivoco. 
 
Y así, entre demandas absurdas por supuestas e imaginarias acusaciones, y la necesidad imperiosa de mantener en tensión a sus adictos con novedades semanales, van pasando los meses. Algunos medios parecen querer contarnos hasta el vuelo de las moscas que entran y salen del juzgado, pretendiendo que son noticiables lo que no son más que asuntos triviales y sin ningún interés. 
 
Para terminar, se estrena en España la película Richard Jewell, en la que se nos describe  bien lo que puede ocurrir cuando investigadores imprudentes y periodistas sin escrúpulos se alían para ir a por alguien. Todo el mundo debería verla.