http://cadenaser.com/emisora/2018/01/23/radio_sevilla/1516700101_400870.html
Resulta difícil cometer más errores en 16 minutos de entrevista. Los del entrevistador, de los que pongo dos o tres ejemplos, son resultado, probablemente, de una proceso de documentación deficiente. Los de Marianela no son errores propiamente dichos, pero nos muestran algo que trataré de forma más extensa en un futuro escrito, y es como ha interiorizado el papel que le han asignado, y como algunas de sus afirmaciones carecen de sentido sin un contexto adecuado.
Pero la estrella es el nuevo abogado de la acusación conjunta de Marianela y la familia de Miguel Ángel, Luis Romero Santos, Presidente de la Asociación de Abogados Penalistas de España, con un ejército de abogados a sus órdenes y envidiables contactos en los medios de comunicación.
El señor Romero, de verbo fácil, comete varios errores de bulto en unos pocos minutos, tantos y de tal calibre que solo veo dos posibilidades, o una combinación de las dos:
1) El señor Romero no conoce ni siquiera los datos básicos del caso que lleva. Posiblemente sea un hombre muy ocupado, y tal vez haya encargado la tarea de bucear en la documentación a algún ayudante o becario, y su conocimiento es de segunda mano, con graves lagunas y errores.
2) El señor abogado tiene una relación bastante liberal con la verdad y lo que parecen ser errores no lo son, sino un intento deliberado de tergiversar los hechos para intentar que encajen con las tesis de sus clientes.
Resulta sorprendente, o no tanto, que después de 4 años todo lo que puede presentar la acusación sea un puñado de medias verdades, medias mentiras, suposiciones y conjeturas.
Aconsejo leer lo siguiente, y posteriormente escuchar la grabación.
Entrevistador: Él, 47 puñaladas.
No, son 47 lesiones, que incluyen puñaladas, contusiones, erosiones…
Entrevistador: Ella, 104 cuchilladas.
Al igual que en el caso anterior, no son cuchilladas, son lesiones.
Entrevistador: Marianela Olmedo… había dejado esa casa hacía 28 días.
Incorrecto, se había marchado el día 9 de abril, 18 días antes del crimen. No es corregido ni por Marianela ni por el abogado.
Abogado: … la prueba de ADN, cuando se encuentran restos por trasmisión directa en tres toallas en la casa…
No es cierto, es una opinión suya, no sustentada por los técnicos. Estos dijeron, y solo en el juicio, que el hallazgo era compatible con una trasmisión directa, sin descartar una trasmisión indirecta.
Abogado: Y en segundo lugar, ¿por qué dicen que el señor Medina estaban en Mercadona cuando ocurren los hechos entre las 21:45 de la noche y las 22:05 o 22:10 minutos…
¿Por qué utiliza el abogado ese intervalo horario? En su primer informe la UCO sostenía que los crímenes habían ocurrido entre las 22:00 y las 22:15. En el realizado con ocasión de la detención de Medina, entre las 21:50 y las 21:10, y en el juicio, el encargado de la investigación dijo que entre las 21:52 y las 22:02.
Abogado: … si solamente hay una testigo, que además es su pareja sentimental diez años atrás, y con la que tenía muy buenas relaciones, …
Tanto como buenas relaciones… Pero centrémonos en la incorrección más notable de todas, decir que es la única testigo. Resulta tan evidente que debería provocar sonrojo. Si el señor Romero toma como referencia lo declarado en el juicio, no es la única testigo, hay otra. Si toma como referencia lo declarado poco después del crimen, tampoco es la única testigo, está Marianela. Bajo ningún criterio razonable, salvo el capricho del abogado, es Raquel la única testigo que sitúa a Medina en el Mercadona.
Abogado:… solamente esa señora es la que dice en el juicio, y cambiando sus declaraciones, no que lo viera, al señor Medina en el Mercadona, sino que de espaldas dice que lo oye, osea que ni siquiera lo vio,
Parece que va entrando en calor, y encadena error tras error. Ella declaró verlo, oírlo, verlo de nuevo… Sí, dijo haberlo visto, de forma explícita.
Abogado:…pero es que hay otros ocho testigos, incluido el gerente de Mercadona, que dicen que allí no estaba,
Lo siento, pero aquí se me queda corto el término error. ¿Quienes son esos ocho empleados y dónde están sus declaraciones diciendo que Medina no estaba allí? ¿Dónde, cuándo y ante quién dijo el gerente que no estaba dentro del Mercadona? No es lo mismo que más de una año después unas personas digan que no recuerdan haber visto a alguien en algún lugar, que decir que no estaba allí. Nadie dijo que Medina no estuviera en su trabajo hasta la hora de salida. Nadie.
Marianela: Yo soy la tercera víctima de todo esto.
Sí, y Francisco Javier Medina la cuarta.
Marianela: No me dejaba reírme, no me dejaba hablar. Me anuló como persona.
¿Cuatro años sin reírse ni hablar? Un periodista interesado en la verdad le habría pedido que se explicara. Y es un perfecto ejemplo de lo ridículas que pueden ser algunas afirmaciones si carecen del contexto adecuado.
Entrevistador: Y durante todo ese tiempo usted no sentía que poco a poco, como suele ocurrir, la estaba anulando como persona?
Por si los oyentes se habían perdido la última frase de Marianela, se le tira el capote para que vuelve sobre el tema. De paso, no se entiende bien a qué se refiere el entrevistador con ese “como suele ocurrir”.
Marianela: Totalmente. Totalmente, no, no me dejaba reírme. Yo cambié mi personalidad, yo siempre he sido una chica simpática.
De nuevo con la risa.
Marianela: No me dejaba relacionarme con nadie. Solo con mi madre, con mi hermana…
Entrevistador: Y con amigas.
Marianela: Pocas. Con pocas…Me anuló totalmente.
Un periodista perspicaz se habría dado cuenta de inmediato de que la respuesta exige más preguntas. ¿Por qué le habría permitido Medina relacionarse con unas amigas sí y con otras no? Tal vez el otro cliente del señor Romero podría aclarar algo sobre este extremo.
Abogado:…cuando interrogó (refiriéndose al abogado de la defensa) a doña Marianela como si fuera cómplice o cooperadora en los crímenes, cuando ella es una víctima que ha perdido a su niña y a su marido, y precisamente tenía la relación sentimental con el acusado. Entonces, ahí, eso fue un error, no de mí compañero, porque él estaba haciendo su trabajo, los abogados tenemos plena libertad, si no nos paran, el error fue de la magistrada presidente, por permitirlo.
Los que sospechaban de la participación, como promotora, cómplice o encubridora, de Marianela Olmedo eran los investigadores de la UCO y la juez de instrucción. Estuvo muy, muy cerca de ser imputada, como la misma Marianela comprendió, y la prueba de que era sospechosa es que se mantuvieron las escuchas sobre ella incluso después de la detención de Francisco Javier Medina. Yo creo que el temor a ser finalmente imputada fue uno de los motores que iniciaron el proceso que finalizó en su cambio de opinión.
Abogado: Si los hechos ocurren aproximadamente entre las 21:45 y las 22:10 de la noche,
De nuevo con el horario de su propia cosecha.
Abogado:…como dicen que hay una trabajadora de Mercadona que dice que a él lo ve, cuando no dice eso en el juicio, y además era su pareja sentimental diez años antes,…
Se hace un pequeño lío entre lo que ve, dice y donde, e insiste en los diez años, obviando que habían roto dos años antes del crimen.
Abogado: … como dicen que otra testigo también lo sitúa allí, en Mercadona y no en el lugar de los hechos. Tampoco es cierto, esa señora no lo dice
Sí es cierto, esa señora lo dice. De hecho, es de lo que se quejaban los abogados tras su declaración, que decía haberlo visto, cuando previamente no había declarado eso de forma explícita.
Abogado:… porque hay ocho trabajadores que lo dejan de ver.
Esta es una nueva versión de la tergiversación de unos minutos antes.
Abogado: Ese es un ejemplo, pero por qué lo ven de día, por qué lo ven dos caballistas allí, en Almonte, que además, él dice que efectivamente, también se encuentra ese día con ellos, pero que dice que ya es por la noche, cuando salió del trabajo. No, era de día, y lo confirman llamadas telefónicas, y toda una serie de pruebas periféricas, que demuestran que este señor no estaba allí.
No, no lo confirma ninguna llamada ni prueba, ni periférica ni de ningún tipo. Es una conjetura de la UCO que violenta la ya de por sí poco confiable declaración de los caballistas.
Abogado: ¿Por qué lo niega él y por qué quiere situarse en Mercadona? Pues porque salió por una puerta de atrás, por un callejón por donde nadie lo veía.
Conjetura. Y de paso, ¿dónde está ese callejón por el que se supone que salió invisible para todos?
Abogado: Hay muchos más, como por ejemplo, la prueba de ADN. Nada más y nada menos que del Instituto Nacional de Toxicología, cuyos técnicos aseguraron que la trasmisión era directa.
Falso. ¿Dónde han dicho eso? Repito de nuevo, dijeron que era compatible con una transferencia directa. Compatible. Y sin exclusión de otras posibilidades.
Abogado: ¿Por qué estaba su sangre en las toallas si se habían lavado dos días antes? Pues porque esa noche él estuvo allí.
A estas alturas de la entrevista el abogado parece completamente lanzado, fuera de control, y se atreve con todo. ¿Sangre, señor abogado? ¿Dos días, señor abogado?
Abogado: El móvil es un móvil pasional, y lo dicen los informes técnicos pero lo dice la Unidad Central Operativa.
Cuyos agentes no definen lo que quieren significar con esa expresión. Resulta difícil refutar o validar algo que puede significar varias cosas distintas.
Me he dejado unas cuantas cosas, porque a pesar de que la entrevista no tiene desperdicio, tan solo quería mostrar las intenciones con la que llega el nuevo abogado, el penoso espectáculo de periodistas que no conocen ni lo más básico del caso pero que se atreven a opinar sobre él (escuchen los suspiros de aprobación o disgusto del entrevistador), y el triste papel de Marianela.
En unas semanas, más.